Sumado a las protestas magisteriales en Chiapas y Michoacan, de comerciantes en Oaxaca, de trabajadores del Metro en la CDMX, y de los gaseros a lo largo del país; desde la tierra del presidente los obreros de la “emblemática” obra morenista, la refinería de Dos Bocas, denuncian abusos y entraron en paro.

El pasado 12 de octubre, se registraron protestas por parte de obreros de la refinería en Tabasco, cerca de tres mil trabajadores se unieron denunciado violaciones a sus derechos, jornadas laborales extensas cercanas a las once horas, ‘dobleteos’ de turnos sin remuneraciones correspondientes, amenazas de despidos, falta de equipos de protección adecuada, ausencia de espacios de trabajo dignos, tratos preferenciales a obreros, y excesivos abusos, extorsiones y moches por parte del sindicato. Dichas denuncias tienen origen desde febrero pasado, que evidentemente no fueron atendidas.

El gobierno que se “arropa en las causas de los trabajadores” abandono los abrazos, abriendo paso a los balazos y gases lacrimógenos. La fuerza excesiva se hizo patente con un saldo (extraoficial) de dieciséis heridos, cuatro de gravedad, una persona con herida en el ojo por daño derivado de las balas de goma, y un fallecido, quien al momento no ha sido identificado. Al respecto, Human Rights Watch, califico de preocupantes las agresiones que sufrieron los trabajadores de Dos Bocas. Una reyerta lamentable para el gobierno ‘más humanista de la historia’.

Destaca entre las denuncias, el cobro de moches, que van desde los doscientos a quinientos pesos semanales por parte del personal del sindicato para poder laborar. Los cobros se realizan en efectivo, de forma obligatoria, contraviniendo la Ley Federal del Trabajo entrada en vigor desde el 2019, cual estipula la prohibición de dichas practicas, pues el trabajador cuenta con plena libertad de elección sobre su afiliación a cualquier organización sindical y estipula la obligación de que las cuotas sindicales debiesen realizarse a partir de un descuento en los recibos de nómina a fin de declararlos a Hacienda y transparentar el manejo de los recursos.

El gobierno desestima las demandas, reduciéndolas a un simple pleito entre organizaciones sindicales, a un conflicto inducido por personas ajenas al contrato colectivo y un pequeño grupo de diez empleados quienes velan, según ellos, por intereses particulares, a pesar de que en redes sociales circulan videos que exhiben cuerpos de manifestantes, por mucho más nutridos a sus estimaciones. Los materiales digitales manifiestan la violencia que sufrieron los obreros, aunque el gobierno niegue las consecuencias de la adusta respuesta de los cuerpos policiales.

El gobierno cercena derechos en pro de su obstinación por una obra que en cifras ni siquiera sostiene sus objetivos: Es una obra que ya sobrepaso en un 50% su presupuesto inicial; una obra que compromete el porvenir ambiental, apostando al uso de energías fósiles; una obra que ejecutó un ecocidio de más de 300 hectáreas de manglares, y sacrifico flora y fauna del país; es una obra que incumple sus obligaciones laborales y promesas de empleo. Con la refinería se vaticinaba una generación de empleos cercana a los 135 mil, sin embargo, de acuerdo a información publicada por la Auditoria Superior de la Federación con respuesta a una solicitud a Pemex, respondieron que la cifra real en la generación de empleo ronda cerca de los 16 mil, que ni siquiera impacta directamente en beneficio a la población de la región — un Estado que cuenta con 54.4% de su población en pobreza— pues existen informes que reportan un manejo discrecional de la bolsa de trabajo por parte del sindicato, manipulándola a beneficio a sus intereses contratando a personal de otros sitios.

La forma en que el gobierno ha atendido las proclamas obreras, dista por mucho de aquel López Obrador que en el siglo pasado bloqueo pozos petroleros de PEMEX en Tabasco, de su alarde por ser parte de los intereses obreros. Su obstinación por la refinería lo llevo a impulsar la ‘Ley Garrote’, que buscaba blindar la obra, criminalizando la protesta, y a pesar de ser invalidada por la Suprema Corte, de nueva cuenta ya vimos que impusieron su ley. Es un hombre obsesivo y contumaz, que traiciono sus supuestos ideales por aferrarse a otro proyecto que es un error.

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