A Don Alfonso García Robles, premio Nobel de la Paz, y padre del desarme nuclear.


El Secretario General de la ONU António Guterres, pronunció un importante discurso durante la inauguración de la 76 Asamblea General de ese alto organismo para la paz y la seguridad internacional en su sede en Nueva York.

En su mensaje hizo un importante llamado a los gobiernos y pueblos del mundo, para unirse ante los peligros de un mundo sin rumbo en medio de la peor crisis del siglo XXI.

Los retos que enfrenta el mundo no tienen precedentes, está marcado por la pandemia del COVID19, el grave cambio climático, tensiones diplomáticas entre Estados Unidos, Francia y China.

Los temas que tratará la 76 Asamblea General serán: aumento de la inseguridad, las desigualdades, la injusticia, propagación de conflictos, crisis climática, sociedades fragmentadas, discursos políticos polarizados, divisiones internas dentro de los países, nuevo contexto geopolítico, demanda de los pueblos por la paz, la seguridad y justicia internacional.

El mundo está en peligro por un Holocausto nuclear, los arsenales nucleares es la espada de Damocles que pende sobre la humanidad, los ensayos nucleares deben ser proscritos.

Muchos países sufren hambre y desesperación en medio de esta terrible pandemia COVID19, que ha cobrado 4.5 millones de vidas.

El consejo de seguridad debería condenar la amenaza nuclear, y poner fin especialmente a la desnuclearización de Corea del Norte.

La lucha contra el terrorismo después del ataque a las Torres Gemelas ha cobrado muchas vidas, los saldos son devastadores, los pueblos tienen miedo y son obligados a un éxodo, los gobiernos y la comunidad internacional debería resolver las causas que generan esta migración de pueblos que tienen hambre y sed de justicia, huyen de la violencia y la inseguridad.

Los conflictos no resueltos y violaciones al derecho internacional humanitario reclaman la presencia de la Organización de las Naciones Unidas para evitar la multiplicación de conflictos que son el caldo de cultivo para la proliferación de bandas criminales.

El tema más lacerante actualmente es el cambio climático, cada año según la ONU, por la mala calidad del aire, fallecen más de 6 millones de seres humanos. El planeta entero está en peligro, por el aumento de la temperatura de los mares, que aumenta el riesgo del descongelamiento de los glaciares de los casquetes polares, esto podría provocar un aumento en el nivel de los océanos.

Los desastres naturales están a la vista como es el caso de Estados Unidos, la India, Filipinas e Indonesia. Los pueblos del Caribe y Estados Unidos acaban de sufrir los efectos catastróficos del huracán Ida con una violencia no registrada en muchos años.

Ha sonado la hora de sumar esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático, que provocan mega huracanes, super tormentas, y diluvios destructores.
El Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo asociado con el organismo internacional Plant for the Planet, cierra filas con el Secretario General de la ONU, en las tareas de reforestación mundial.

La tarea de la construcción de la paz, la seguridad y concordia, con justicia social que claman los pueblos ante los graves peligros del sistema internacional.
Renovamos nuestra esperanza con la ONU, inspirada en los objetivos de 1974, cuando se aprobó el proyecto para el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI).

Tenemos fe y esperanza para la paz y el desarrollo fundada en la Carta de San Francisco y la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados.
La concordia y la seguridad de todos los pueblos del planeta deben ser basados en el respeto al derecho ajeno como prerrequisito para la paz.

El sistema económico internacional, produce miseria, pobreza e injusticia que lleva a muchos países a una confrontación entre débiles y poderosos.

Lo anterior genera conflictos, y desesperación y conspiraciones de los malvados, requerimos de hombres de buena voluntad, estadistas que se inspiren en el diálogo fructífero.

Observamos atónitos el peligro de los jinetes del apocalipsis, caballos de Troya, potencias con más de 15 mil ojivas nucleares, capaces de destruir el planeta 16 veces con estas mortíferas armas, quienes las poseen son los propios miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

El engaño, y la ilusión de una modernidad que produce miseria, pobreza e injusticia es propiciada por el sistema económico que lleva a muchos países a la deriva y profundo atraso, generando conflictos. Los problemas anteriores requieren el impulso de fuentes de energía renovables para disminuir las emisiones de efecto invernadero.

No habrá paz si no hay desarrollo, los gobiernos y las organizaciones internacionales no están preparados, la esperanza son las Naciones Unidas, foro en el que los estados miembros se unan para el nuevo camino.

El Secretario General de la ONU hizo una convocatoria a actuar unidos, porque solo juntos con el espíritu de la Carta de San Francisco se podrá cumplir con los objetivos de un mundo en paz que respete la dignidad humana.
 

Internacionalista

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