Febrero es un mes fundamental para nuestra República y muy especialmente para nuestras fuerzas armadas constitucionales, herederas de una de las más puras tradiciones de lealtad, heroísmo, y acendrado patriotismo en defensa de la soberanía, del orden constitucional y las instituciones emanadas de esta.

Los pueblos necesitan inspirarse en algo grande, que no es otra cosa que la lucha de sus hijos en defensa de su tierra. En este sentido, la conmemoración de la creación del Ejército, la Marcha de la Lealtad y nuestra Bandera Nacional forman una trilogía, de una patria agradecida que no olvida, recuerda el sacrificio de sus soldados, quienes realmente son campesinos en uniforme.

En diversos eventos el Estado Mexicano expresó públicamente su cariño y reconocimiento a valores de lealtad y espíritu institucional que mostraron los alumnos del Heroico Colegio Militar aquella mañana del 9 de febrero de 1913. Este sería su bautismo, homilía laica, cargada de futuro y patriotismo de las Fuerzas Armadas siempre leales al orden constitucional y a los poderes legalmente constituidos.

Se conoce como “Marcha de la Lealtad”, al recorrido que realizó el presidente Francisco I. Madero montando a caballo en la fecha mencionada. Del Castillo de Chapultepec a Palacio Nacional, escoltado por los alumnos del Colegio Militar, se iniciaba un golpe de Estado conocido como “La Decena Trágica”.

En la ceremonia anterior resaltan las palabras muy fuertes del General Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, como buen soldado consciente de su responsabilidad y deber, resaltó con gran solemnidad la conducta de aquellos jóvenes del Colegio Militar, de la cual el propio secretario es egresado. El evento es representativo de la historia y epopeya que coinciden para consolidar los símbolos nacionales, ejemplo para nuestra juventud amante de la patria, y de un México orgulloso de su pasado histórico que no debemos olvidar.

La conmemoración del 108 aniversario de la fundación del Ejército Mexicano, se efectuó en la base aérea de Santa Lucía, exaltándose el histórico decreto del XXII Congreso del Estado de Coahuila de 1913, que desconocía al chacal Victoriano Huerta y secuaces, otorgando facultades extraordinarias a don Venustiano Carranza para que creara y armara una nueva fuerza armada, que se denominaría “Ejército Constitucionalista”, según el “Plan de Guadalupe” firmado en la Hacienda con el mismo nombre.

Para cerrar con broche de oro, se celebró en Iguala, el Día de la Bandera, símbolo de identidad y unidad de todos los mexicanos orgullosos de serlo, hunde sus raíces en la historia, en valores de libertad, democracia y unión fraterna, recordándoles los 200 años de la promulgación del Plan de Iguala y al verdadero consumador de la Independencia Nacional, don Vicente Guerrero, auténtico líder popular.

Históricamente, se considera como primer símbolo o bandera, el pendón de la Virgen de la Guadalupe, enarbolado por don Miguel Hidalgo y Costilla, quien la tomó del altar de la iglesia de Atotonilco, Guanajuato.

Ha sonado la hora para que nos inspiremos con claridad en nuestra conciencia social e histórica, con valores para nuestro progreso y justicia social, con la convicción de que solamente la unión nos hará fuertes, la verdad nos hará justos y la justicia nos hará libres. No permitamos jamás que cunda el rumor de la discordia y la división entre hermanos, enfrentemos la verdad con la verdad, los delitos con la ley y los actos apátridas con la Constitución en la mano.

Internacionalista.

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