A la memoria de don Alfonso García Robles, Premio Nobel de la Paz.

La Carta de la ONU confiere al Consejo de Seguridad la alta responsabilidad del mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, estableciendo el arreglo pacífico de las controversias y el uso de la fuerza en caso de amenazas a la paz.

Recientemente México fue electo por la Asamblea General para ocupar nuevamente la posición como miembro no permanente del Consejo de Seguridad. Esta responsabilidad naturalmente por su enorme prestigio siempre ha luchado por la paz, la seguridad y fe en los derechos fundamentales de la persona humana y su dignidad.

Esta histórica elección surge en el marco de incertidumbre y crisis del orden internacional, las potencias juegan con fuego, suenan tambores de guerra, irresponsablemente en este mundo convulso que avanza a paso de cangrejo.

Fue muy notable el apoyo unánime de los países de todas las repúblicas de América Latina y el Caribe, recordando que nuestro país, siempre ha sido un defensor en contra de invasiones y agresiones, que han dejado heridas especialmente en nuestro país que ha sido la principal víctima del expansionismo norteamericano.

Después de años de oscuridad, con una política exterior dócil, sumisa, conservadora y sin rumbo, México brilla de nuevo inspirado en la unidad con América Latina.

Desde hace 75 años que se constituyó la Organización de las Naciones Unidas, nuestro país ha ocupado en varias ocasiones esta posición, que no es para lucimiento personal, se funda en las normas del artículo 89 de la Constitución General de la República: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; solución pacífica de las controversias proscripción del uso de la fuerza, o la amenaza, igualdad jurídica de los estados, cooperación internacional, lucha por la paz y seguridad internacional.

No es de extrañar que 193 países miembros de la ONU votaran por su ingreso al Consejo de Seguridad, misión difícil al lado de los miembros permanentes como son: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, estos con derechos a veto, estos integran el club atómico. Es propicio señalar los enormes esfuerzos de nuestro país a la comunidad internacional, estableciendo principios en defensa de la paz y en contra del neocolonialismo.

Después de la Segunda Guerra Mundial las naciones triunfantes dieron origen a la ONU, México se sumó a este organismo considerando que era idóneo para lograr los objetivos fundamentales de nuestra política exterior, soberana, autónoma y no subordinada, que tiene como base nuestra historia, y por ser garante de nuestros anhelos de dignidad, de respeto al derecho ajeno como prerrequisito de la paz.

En este Centro de Estudios no olvidamos, recordamos con orgullo el destacado ejemplo del estado mexicano impulsor del Tratado de Tlatelolco, proscribiendo para siempre las armas nucleares en América Latina, destacándose en esta tarea un gran mexicano por los cuatro costados don Alfonso García Robles, Premio Nobel de la Paz, faro de luz que ilumina nuestro camino.

La pandemia del Covid-19 es todo un reto para la comunidad internacional entera, es un problema global, por lo tanto, la solución debe ser global, ningún país por sí solo puede resolverlo. Esta es la oportunidad para que el Consejo de Seguridad debidamente autorizado por la Asamblea General sea un órgano vinculante contra este desafió fortaleciendo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo

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