La injustificada agresión unilateral de Rusia contra Ucrania ha suscitado un debate muy enconado por los peligros que esto puede causar a la seguridad internacional, por lo cual es necesario levantar el espíritu de la razón y el respeto al orden internacional establecido en la Carta de San Francisco hace casi 80 años, el cual fue para evitar nuevas guerras. Naturalmente el Estado mexicano condenó tal agresión.

Ante la agresión unilateral de Rusia contra Ucrania, se han suscitado preocupaciones respecto de los peligros que está enfrentando la, ya de por sí, frágil seguridad internacional, por lo tanto, es trascendental levantar el espíritu de la razón y el respeto a la Carta de San Francisco, que estableció un orden internacional, para evitar nuevas guerras. Naturalmente, al haber sido el estado mexicano uno de los 51 estados fundadores de la Organización de las Naciones Unidas, condenó la agresión de Rusia a Ucrania.

En virtud de que México es miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU (2021-2022) su voz no se hizo esperar en las sesiones del 21 y 23 de febrero y solicitó a la Federación de Rusia que cumpliera su palabra de no invasión/agresión y, en la sesión del 25 de febrero de 2022, ante un hecho consumado, condenó la invasión perpetrada por la Federación de Rusia, pidió un cese inmediato de las hostilidades y respeto a la soberanía territorial de Ucrania.

El embajador Juan Ramón de la Fuente representante mexicano ante la ONU afirmó que “la política exterior de México es pacifista”, y que “la invasión de un país soberano por parte de otro, representa una flagrante violación al artículo 2, párrafo 4 de la Carta de la ONU y constituye una agresión en los términos de la resolución 3314 (XXIX) de la Asamblea General”. Al mismo tiempo, señaló que “México ha sido víctima de agresiones por parte de potencias 4 veces, fue el caso de Francia y de Estados Unidos”; y afirmó que México siempre ha condenado todo acto de agresión, como fue el caso de la protesta ante la Sociedad de las Naciones por la anexión de Etiopía y Albania por parte de Italia, así como de Austria por parte de Alemania.

El Estado mexicano siempre ha sido un defensor de la paz y la justicia internacional, desde la antesala del surgimiento de las Naciones Unidas (26 de junio de 1945) después de la Segunda Guerra Mundial, impulsamos la Conferencia de Chapultepec, relativa a “Los Problemas de Guerra y la Paz”, participando activamente, desde el inicio de la nueva organización, en la promoción y defensa de la paz, la convivencia armónica internacional plasmados en la Carta de San Francisco y, por si fuera poco, alineamos los objetivos fundamentales de nuestra política exterior en el texto del Artículo 89 fracción X de la Constitución General de la República, lo cual muestra nuestro compromiso con la paz y la seguridad internacional como Nación.

Nuestra participación en la ONU, nos ha permitido promover acciones en diferentes foros internacionales y fortalecimiento del multilateralismo para multiplicar vínculos con los países amantes de la paz, la seguridad y la justicia internacional, aportando iniciativas para defender nuestros intereses, tomando los temas regionales y perfilando asuntos globales como la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados, así como la construcción de un Nuevo Orden Económico Internacional con condiciones adecuadas para mantener la paz y más nunca la guerra.

La conducta anterior le ha permitido al Estado mexicano, jugar un papel de gran importancia en los procesos de descolonización de Asia y África, defendiendo los derechos inalienables de los pueblos para su autodeterminación. Con gran dignidad la política exterior mexicana ha sonado fuerte en defensa de los principios y construcción de instrumentos que actualmente rigen el derecho de gentes. Especial mención merece la contribución para la construcción del Nuevo Derecho del Mar, que engrandeció nuestro espacio soberano.

Internacionalista

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