Cuando tomes agua de un pozo, Pregunta, ¿quién hizo el pozo?: Proverbio chino
México formalizó relación diplomática con la República Popular China el 14 de febrero de 1972, hace 49 años, decisión no exenta de presiones para que China no ingresara a la ONU. A continuación, la historia:
En junio de 1971, se recibió en Los Pinos una llamada del presidente Richard Nixon, de la Casa Blanca, quien solicitó “respetuosamente” que México analizara su voto sobre el ingreso a la ONU de la República Popular China y que de preferencia fuera negativo, el presidente mexicano le contestó que lo estudiaría.
El 25 de septiembre de 1971 se presentó a la Asamblea un proyecto de resolución, encabezado por Albania y 22 países más, que pedían el ingreso de China a la ONU y la expulsión del gobierno de Formosa. En esta sesión se presentó el proyecto pidiendo: “Restituirle a la República Popular China todos sus derechos como ‘único y legítimo’ representante en las Naciones Unidas”.
Uno de los actos que más me enorgullece es haberme vinculado con China, haber escuchado en la ONU el histórico discurso emocionante del presidente de México Luis Echeverría Álvarez ante la XXVI Asamblea General, el 5 de octubre de 1971, cuando manifestó que: “Un avance trascendental para realizar el principio de universalidad, será dar la bienvenida durante el actual periodo de sesiones a los representantes de la nación que alberga en su territorio la cuarta parte de la humanidad: La República Popular China y su consecuente ingreso al sitio que le corresponde en el Consejo de Seguridad. Al mismo tiempo será necesario reconocer que la soberanía y la integridad territorial de la nación China, son jurídicamente indivisibles”.
La tesis del Estado Mexicano fue sencilla: “La soberanía es única e indivisible”. No son dos Chinas, es una sola. Después de lo anterior, el 25 de octubre de ese año, fue aprobada la admisión de China como miembro de la ONU y su asiento en el Consejo de Seguridad. Uno de los mayores logros desde el nacimiento de la ONU en 1945.
Digna de encomio fue la labor del canciller Emilio O. Rabasa, de don Alfonso García Robles, embajador de México ante la ONU, y de Eugenio Anguiano Roch primer Embajador de México en China.
El comunicado que formalizó el establecimiento de relaciones diplomáticas, fue firmado en Nueva York por don Alfonso García Robles y el representante de la República Popular China, Huang Hua; basándose en principios de igualdad jurídica, respeto a sus soberanías, aprobación de la Carta de Deberes y Derechos Económicos de los Estados, del Tratado de Tlatelolco, respeto a la independencia e integridad territorial, no agresión, no intervención y lucha por el Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI).
Del 19 al 21 de abril de 1972, el presidente de México realizó la primera visita de Estado a ese país, fue recibido calurosamente por Mao Tse Tung como un gran amigo y por el pueblo chino, siendo atendido personalmente por Chu En-Lai y Deng Xiaoping, arquitectos de la China moderna.
Después de esta visita, todos los presidentes mexicanos han visitado China sin excepción, este Centro de Estudios organizó un vigoroso programa de cooperación y amistad, por casi 10 lustros.
China ha sorprendido al mundo con su asombroso desarrollo tecnológico y económico, consolidando con México una amistad fructífera como socio estratégico del siglo XXI.