En memoria al valeroso
cadete: Higinio Fuentes Pérez
miembro de la escolta del presidente
Madero del Castillo de Chapultepec
a Palacio Nacional
La semana pasada tuvo lugar una ceremonia en honor y justo homenaje por el centenario luctuoso a la memoria del general Felipe Ángeles, ejemplo de honor y lealtad institucional. El evento tuvo lugar en el emblemático e histórico Castillo de Chapultepec, cuna de lealtad y patriotismo en momentos de peligro a la nación, como fue el caso de la conducta admirable de los cadetes casi niños de este Heroico Colegio Militar que escribieron con sangre una historia inolvidable como la batalla de las Termópilas para salvar el honor y la gloria, ante la invasión norteamericana, que prefirieron ofrendar su vida antes de entregar su bandera a un ejército invasor el 13 de septiembre de 1847.
En ese plantel se pronunció un emotivo discurso en reconocimiento a la conducta del general Ángeles, contando con la presencia del presidente de la República, el secretario de la Defensa, general Cresencio Sandoval, el almirante Rafael Ojeda y altos mandos de las Fuerzas Armadas, quienes reiteraron lealtad a las instituciones ante el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
En el discurso se resaltó el valor supremo: la lealtad en aquel entonces al presidente Francisco I. Madero. Su legado y valores siguen vigentes, se agigantan hoy e inspiran a las Fuerzas Armadas por su indeclinable convicción de obediencia y respeto a su Comandante Supremo: el Presidente de la República. Lo anterior dibuja de cuerpo entero a nuestro noble ejército del pueblo, garante, centinela de la democracia, el orden constitucional y la defensa de la integridad territorial ante rumores y amenazas groseras que escuchamos del exterior.
Fue un acierto el homenaje al general Ángeles, quien se distinguió por su lealtad al presidente Madero. Ejemplo de hombre bien nacido que abrazó la carrera de las armas y de la “Revolución Mexicana”.
Se incorporó con Madero en 1912, quien lo designa director del Colegio Militar, actualmente la batería de artillería de ese plantel lleva su nombre. El 9 de febrero de 1913 la “decena trágica” fue su prueba de fuego ante el golpe de Estado cuyas cabezas eran el general Bernardo Reyes y Félix Díaz, y los emisarios del pasado.
No flaquea, no titubea, se mantiene al lado del presidente Madero, son apresados los dos en Palacio Nacional. El presidente iría al patíbulo, sería sacrificado. El general es indultado por su gran prestigio en el Ejército.
De convicciones democráticas y revolucionarias, a cien años de su sacrificio, el Estado refrendó y reconoció su lealtad y disciplina de buen soldado. Hidalguense epónimo, fusilado el 26 de noviembre de 1919; después de un juicio sumario de un consejo de guerra, tomó el mando del pelotón de fusilamiento y ordena su ejecución.
Este artillero representa el mejor valor de la Revolución. Se distingue por sus altos principios profesionales, estratega de la división del norte a las órdenes del general Villa comandante de la artillería. Se distingue en las batallas: de Torreón, San Pedro de las Colonias, Paredón, Zacatecas, Celaya donde es derrotado y León.
Su figura se agiganta por su conducta de lealtad a Madero y sus convicciones democráticas e inspiración de defender el orden constitucional, arriesgándolo todo, en defensa del honor ante un grosero cuartelazo.
Como testimonio de profundo reconocimiento y honor a este noble general, el gobierno propuso atinadamente inscribir en letras de oro en la Cámara de Diputados el nombre de: “General Felipe Ángeles” lo cual merece un profundo aplauso. Es un ejemplo a las generaciones actuales y venideras. También el nuevo aeropuerto de Santa Lucía llevará su nombre.
Centro de Estudios Económicos y
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