Esta entrega es la culminación de la serie: el poderío marítimo mexicano. A manera de conclusión enumeraré sin recurrir a hipérboles las enormes oportunidades para México en esta época de incertidumbre, crisis de pandemias mundiales. Más que un obstáculo veo un reto, una oportunidad para proyectar a la República Mexicana como un país fuerte, poderoso, digno y respetado en el concierto de naciones.
Reiterando: toda crisis es oportunidad. Contempló una mano firme del timonel que ha cambiado el rumbo del barco, no escucha el canto de las sirenas, siembra semillas del progreso, planeando y desarrollando el México del futuro. Es el momento de impulsar al país entero, con proyectos de infraestructura integradores con voluntad política. Es momento de sumar el poderío de la Marina mercante, que ha trabajado separado avanzando a paso de cangrejo. Esta es la oportunidad para impulsar con visión de Estado a nuestro país entero, con la ejecución de proyectos que traerán bienestar y desarrollo a la población como son: Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, Tren Maya, Refinerías, Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, nuevas autopistas como Barranca Larga Ventanilla, Mitla-Tehuantepec, Puerto Escondido-Huatulco y Acayucan-La Ventosa. Estas autopistas formarán un circuito que mejorará la conectividad en una de las zonas estratégicas más olvidadas: el Istmo de Tehuantepec. Además, están los caminos de mano de obra en Oaxaca y el Programa de desarrollo y fortalecimiento urbano. Este conjunto de obras, son representativas del espíritu con un nuevo pacto social, columna vertebral integradora del sureste y todo México. Por esto me permito felicitar respetuosamente al Señor Presidente de la República por esta iniciativa estratégica, perfilando a México en el contexto mundial.
Después de 100 años asistimos a la materialización de un corredor multimodal que unirá a dos océanos. En 2023 comenzará a operar el tren interoceánico, hará realidad viejos sueños, con la conexión comercial entre Asia, Estados Unidos, será más rápido, más barato, con beneficios fiscales para industrias que se establezcan a lo largo de esta ruta, detonador de nuevos empleos de empresas de alta tecnología tanto mexicanas como extranjeras.
Este corredor se integrará con el Tren Maya, que cambiará el rostro del sureste, generará nuestro crecimiento económico creando nuevos empleos, materializará acuerdos de libre comercio entre EU, México, Europa, los tigres de oriente, especialmente la boyante economía China y América Latina.
Es notable la inspiración, en el diseño y la elaboración de los proyectos, producto del talento de jóvenes mexicanos, representativos de una voluntad política para incorporar a nuestro país en el contexto mundial aprovechando oportunidades geopolíticas y geoestratégicas en un mundo convulso. Las obras, serán los testigos mudos insobornables del futuro.
Las obras anteriores han sido severamente criticadas. Esto es natural, solo no se critica a quien no hace nada. Así escuche hace 50 años los peores epítetos por el impulso del proyecto turístico “Cancún”, por parte de agoreros del desastre y politólogos de café afirmaba que era una tontería.
La nueva odisea será la integración a los proyectos mencionados el poderío marítimo mexicano es decir la marina mercante, y nuestro mar patrimonial con su Zona Económica Exclusiva/ZEE (5 millones 114 mil km2-Inegi).
En el contexto actual el Estado mexicano tiene una gran oportunidad de erigirse como potencia comercial desarrollando su poder marítimo. El gobierno tiene las facultades para integrar este sector, satisfaciendo necesidades y demandas de todas las entidades federativas, con una nueva marcha al mar en beneficio económico, social y militar.
Este es el campanazo, el llamado a flotas mercantes con bandera mexicana, atuneras, camaroneras, cruceros y transportes que no tengan miedo y se sume a este esfuerzo.
Director general del Centro de EstudiosEconómicos y Sociales del Tercer Mundo