En homenaje a Leandro Rovirosa Wade, QEPD. El hombre agua
Ayer se conmemoró el Día Mundial del Agua, fue proclamado por la ONU en 1992, durante la conferencia sobre medio ambiente en Río de Janeiro, bajo el espíritu de cooperación para el desarrollo sostenible y duradero con la convicción de que el agua es fundamental para el desarrollo, la paz y la justicia internacional.
Sin menor ánimo de ser malthusiano, los próximos conflictos mundiales serán por la disputa del agua, bien escaso que demanda la población creciente del planeta que actualmente cuenta con 7,800 millones (Banco Mundial) de habitantes y en 2025 se estima podría llegar a 8,100 mil millones (Banco Mundial).
Aprovecho esta fecha para rendir homenaje a un mexicano singular, quien nació (1918-2014) en el trópico húmedo, Tabasco, zona de enorme abundancia de agua e inundaciones catastróficas, me refiero naturalmente a mi amigo inolvidable Leandro Rovirosa Wade, a quien conocí y admiré siendo modesto ayudante del presidente de la República Luis Echeverría Álvarez.
El Ing. Rovirosa por sus enormes aportaciones a la nación, sin ánimo de utilizar hipérboles, fue el hombre providencial, su legado está a la vista con enormes obras para beneficio de millones de mexicanos, tanto de las ciudades como el campo, fue el aliado estratégico de México.
Inolvidable fue el homenaje en su honor que le rindió el Colegio de Ingenieros Civiles de México, cuando dirigí unas palabras muy modestas, por cierto. Le comenté a la compañera de su vida Doña Celia: que iba yo a mencionar que atrás de un gran hombre, hay una gran mujer, y que ella siempre estuvo atrás. Me contestó: Yo jamás estuve atrás, estuve al lado de Leandro codo con codo, impulsando obras sociales para la justicia social a los campesinos de Tabasco.
El México moderno no se puede explicar sin la herencia hidráulica de este hombre singular que al parecer lo hemos olvidado.
Su obra sustantiva y titánica la materializó con un grupo de mexicanos por los cuatro costados: Fernando González Villarreal, Víctor Urquidi, Miguel Wionczek, Jorge Cruickshank y muchos más, quienes siempre pensaron en la grandeza de México, que en aquel entonces contaba con casi 50 millones de habitantes, hoy somos casi 130 millones.
Los planes y obras ejecutadas por Rovirosa están a la vista, son testigos insobornables, dignos de mención son las siguientes: el Sistema Cutzamala, para abastecer de agua al Valle de México. El Plan Texcoco encabezado inteligentemente por Jorge Cruickshank, cuyo objetivo para recuperar el desecado lago de Texcoco, creando humedad al Valle y evitar tolvaneras.
El Plan de Presas Benito Juárez (140 presas para almacenar 10 millones de metros cúbicos de agua para uso agrícola). Creación de un millón 100 mil hectáreas de riego. El Plan Nacional Hidráulico (previendo el crecimiento de la población más allá del año 2020), para tecnificar la producción agrícola y evitar la migración al vecino país de millones de mexicanos.
Muy notable fue la construcción y operación de presas hidroeléctricas como Chicoasén, Angostura, la Villita y el Infiernillo en coordinación con la CFE.
Con gran visión, diseñó los primeros planes hidráulicos para llevar agua de zonas de abundancia a zonas de escasez: Plan Hidráulico del Noroeste (Plhino) para llevar agua al estado de Sonora. Plan Hidráulico del Golfo (Plhigo) para transportar agua de las cuencas del Golfo a entidades como Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León. Plan Hidráulico del Sureste (Plhise) para utilizar las abundantes cuencas hidrológicas del Río Grijalva, el Suchiate y el Usumacinta. Resolución de la salinidad del Río Colorado (Mexicali), construcción del edificio del Colegio de Ingenieros Civiles de México, creación de la Comisión de Aguas del Valle de México, programa de distritos de riego del Bajo Lerma de la Cuenca Lerma Chapala 250 mil hectáreas.
El panorama hidrológico actual es todo un reto, requerimos otra vez de hombres con talento, imaginación y amor a México, que no piensen en negocitos mezquinos, que piensen en México.
Internacionalista