El desarrollo del Ferrocarril en México ha estado íntimamente ligado al comercio, nacional e internacional. Desde mediados del siglo XIX ha sido un factor dinámico para la constante transformación y comunicación no solo para mercancías sino también de pasajeros. Durante la Revolución Mexicana fue el medio de transporte de los diversos contingentes.
México se unió a la importancia de los ferrocarriles durante el siglo XIX, época de auge de la Revolución Industrial, adoptando este medio de transporte como motor de la economía mexicana para movilizar mercancías, uniendo ciudades, puertos y enormes regiones del país incomunicados.
El general Porfirio Díaz durante su gobierno (1876-1910) impulsa una febril y dinámica red ferroviaria, convirtiéndola en el medio de transporte primordial, este sistema fue concesionado a compañías privadas y fue el símbolo del progreso nacional, sin embargo, se le olvidó el beneficio social a campesinos y peones acasillados.
Después de la Revolución Mexicana los Ferrocarriles Nacionales pasaron a manos del Estado mediante la promulgación de un decreto expropiatorio del presidente Lázaro Cárdenas (23 de junio de 1937), por medio de este instrumento se estableció una empresa pública llamada Ferrocarriles Nacionales de México, propietaria de todo el sistema de transporte ferrocarrilero hasta 1990.
En 1995 durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, decide privatizar los ferrocarriles utilizando el régimen de concesión para que la economía mexicana se desarrollara con mayor velocidad y competitividad.
La apertura del sector ferroviario de carga a la inversión privada fue la alternativa para impulsar su desarrollo, principalmente por la inversión en infraestructura y la transformación en la calidad del servicio.
El esquema de apertura a las concesiones fue pensado como un modelo de desarrollo regional con balance para los concesionarios y los usuarios del servicio, el principal objetivo fue proveer de un servicio de calidad a las principales industrias, puertos y fronteras del país, convertir el sistema ferroviario en la Columna Vertebral del Transporte en México.
Los concesionarios del transporte ferroviario no son dueños de la infraestructura, pero eso no ha impedido grandes y relevantes inversiones que han permitido su modernización, mayor capacidad de carga y la implementación de nuevas tecnologías.
La gestión del sector privado es superavitaria. Se ha alcanzado una inversión de 14,000 millones de dólares por parte de los concesionarios en 25 años desde las concesiones. Las inversiones que se han hecho quedan al servicio y propiedad de la nación. Con esto el gobierno federal ha podido dedicar esos recursos a programas de índole social, como educación o salud.
Es un servicio más confiable, mejor coordinación en los procesos de carga, constante vinculación con los clientes y mejores servicios tecnológicos para el seguimiento a la carga.
México ocupa el lugar número 11 en carga ferroviaria transportada a nivel mundial, el ferrocarril mexicano se desempeña de manera destacada como resultado de las inversiones, nuevos proyectos y mejor servicio que se provee hoy en día.
El ferrocarril en México, la conectividad y las mismas tecnologías que se utilizan en Estados Unidos y Canadá lo han convertido en un importante eslabón en la integración de cadenas de suministro dentro del T-MEC y el acuerdo comercial que le precedió.
Después de 50 años de la construcción de un paraíso consistente en el centro turístico más exitoso de América Latina, surge un nuevo amanecer. La construcción de un nuevo proyecto de gran impacto económico y social el cual creará nuevas oportunidades de trabajo y distribución de la riqueza a todo lo largo de la Península de Yucatán: me refiero al Tren Maya, proyecto de infraestructura y desarrollo turístico sustentable con servicio moderno de trenes de última generación que conectará zonas turísticas de la Península. Este magno proyecto es impulsado por jóvenes ingenieros mexicanos y las Fuerzas Armadas que cierran filas con la modernidad.
Internacionalista