Cada 15 y 16 de septiembre, México se sumerge en un ambiente festivo para conmemorar el heroico logro de sus insurgentes, quienes nos liberaron del dominio español y nos convirtieron en una nación independiente y soberana. Sin embargo, estas celebraciones anuales deben trascender más allá de la pompa y el desfile de colores para recordarnos que la independencia no es simplemente un evento histórico, sino un desafío continuo que enfrenta nuestra nación, tanto en términos de soberanía interna como ante interferencias externas.
Internamente, uno de los desafíos más apremiantes que amenaza nuestra soberanía es el crimen organizado. La presencia de cárteles armados y la expansión de sus actividades criminales han socavado de manera significativa la autoridad del Estado en diversas regiones del país. Estos grupos desafían el poder del gobierno, sobornan a funcionarios, dañan a miles de personas y erosionan el estado de derecho. Por su parte, la corrupción mina la confianza de la población en las instituciones gubernamentales y restringe la capacidad del Estado para tomar decisiones en beneficio de la sociedad. Cuando el gobierno se vincula con la criminalidad, los estragos son devastadores, como han documentado oscuros capítulos de nuestra historia.
Por otro lado, en un mundo cada vez más globalizado e interconectado, México se enfrenta a una serie de amenazas externas que requieren vigilancia constante. Frecuentemente, debemos lidiar con presiones políticas, económicas, tecnológicas e incluso amagos cuasi militares provenientes de gobiernos extranjeros que buscan influir en nuestras decisiones internas. Además, la globalización económica y la interdependencia entre naciones suelen exponernos a fluctuaciones económicas y decisiones tomadas por actores extranjeros que afectan nuestro comercio, finanzas y comunicación tecnológica. Los desafíos medioambientales también amenazan nuestra soberanía ya que el cambio climático y la explotación de nuestros recursos naturales pueden tener un impacto considerable en nuestra capacidad de autogobierno. Por último, la migración ilegal representa también otro desafío importante para la soberanía de México, que afecta tanto a nivel interno como externo. El gobierno mexicano se enfrenta a la tarea de encontrar equilibrios entre la gestión de la migración ilegal y la protección de los derechos humanos de los migrantes, al mismo tiempo que defender su soberanía en un contexto internacional complejo.
Es evidente que la independencia de México no es un logro de una vez y para siempre. En un país marcado por la criminalidad y como parte de un mundo cada vez más globalizado, enfrentamos una serie de amenazas que requieren un compromiso constante del gobierno y de la sociedad. Para preservar nuestra autonomía y capacidad de autogobierno, debemos insistir en el fortalecimiento de nuestras instituciones, la transparencia y la rendición de cuentas, así como en la implementación de soluciones eficientes tanto a nivel local como internacional. Así, más allá de los festejos nacionalistas, la invitación es a que nos unamos en la defensa real de la independencia de México en la medida de nuestras posibilidades individuales.
Jorge Nader Kuri, abogado penalista. X: @JorgeNaderK