Fortalecer el aparato productivo y desestimar la economía informal son acciones claves para disminuir la evasión fiscal en el país.

En México, la pérdida estimada de recaudación por medio del Impuesto al Valor Agregado (IVA) es del 0.9% como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), mientras la evasión del Impuesto Sobre la Renta (ISR) de personas físicas se estimó en 0.8%.

Tal evasión del ISR se proyectó en 18.7%, cifra que corresponde al incumplimiento de los empleados asalariados que exhiben una brecha tributaria del 11.5% de la recaudación teórica, las personas físicas con actividades empresariales acumulan una evasión del 56% y los individuos con rentas por arrendamientos llegan al 73.5%. Mientras, la tasa de evasión estimada en las sociedades es de 19.9% y representa el 0.7% como porcentaje del PIB.

Así, en contraste con la región de la Unión Europea y la República de Corea (ALC), México se ubica en el promedio de recaudación del ISR como proporción del PIB, pero es inferior de los ingresos procedentes del IVA. La proporción del ISR como promedio del PIB es de 6.9% mientras el IVA representa sólo 3.9%. Al mismo tiempo, las proporciones de la carga tributaria total son mayores. En promedio el 54.5% de los ingresos tributarios provienen del ISR y el 31.3% del IVA.

La evasión fiscal es resultado de la economía informal y de las estrategias empresariales de inversión para disminuir su base gravable, pero también a la débil capacidad recaudatoria y a la evolución pasiva de la recaudación, con gran dependencia los impuestos al consumo, el impuesto sobre la renta salarial y a una fuerte sujeción al sector de hidrocarburos.

En cuanto a la existencia de una brecha tributaria, es decir, lo que se debe recaudar contra lo que efectivamente se ingresa,  se compone de varios elementos: errores u omisiones involuntarias de los contribuyentes como probable resultado de la complejidad del sistema tributario, insolvencias financieras de los contribuyentes y acciones deliberadas de éstos para reducir la carga impositiva enfrentada.

En general, Los ingresos tributarios del Gobierno Federal son un tema controversial respecto a las expectativas de mayor recaudación anual, su relación con la actividad económica y los recursos disponibles para el Gasto Público que en 2022 representaron el 57.8% de total de sus ingresos presupuestarios.

Ahora, el ingreso tributario se integra por el ISR, IVA, impuesto especial sobre producción y servicios que incluye IEPS gasolinas y diésel, IEPS distinto de gasolinas y diésel, impuestos a la importación, impuestos por la actividad de exploración y explotación de hidrocarburos y otros impuestos.

El promedio de tasa de crecimiento nominal de los ingresos presupuestarios en la década 2013-2022 es del 10.7%, con un pico del 30.6% en 2015 y una menor tasa de crecimiento en el sexenio actual del 5.9%.

En el 2013, el 96.3% de las recaudaciones se concentraron en los impuestos al ingreso y al consumo y en 2022 aportaban el 91.7% al ganar participación los demás conceptos, principalmente el IEPS.

La tendencia de una mayor dependencia del gasto público a los ingresos tributarios vuelve necesario fortalecer el aparato productivo, reducir la economía informal y mejorar el sistema impositivo para promover el crecimiento económico e incrementar la recaudación a partir del ingreso y del consumo.

En sí, es necesario la implementación de estrategias fiscales que reduzcan los incentivos a la evasión fiscal para mejorar los ingresos tributarios. Los flujos perdidos deberán reducir los requerimientos financieros del sector público.

Rector del Colegio Jurista

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