Crecimiento cero es un secreto a voces. Se trata del pronóstico más acertado del porvenir económico de México. Y no sólo es consecuencia de la recesión mundial sino del alto gasto y contracción del gasto público e inversiones, y debilitamiento de la confianza empresarial.
Esta es la efigie del fantasma de la recesión.
Se endurecen los pronósticos del crecimiento de la economía mundial y México enfrenta un severo ajuste para el cierre del 2019 y del 2020. Esta situación, pone en el límite de riesgo la estimación del Paquete Económico 2020 presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que establece como valores de crecimiento del PIB para el 2020 un rango entre 1.5% y 2.5%.
A inicio del año, el FMI proyectaba tasas de crecimiento para México de 2.1 y 2.2% para el 2019 y el 2020, respectivamente. Sin embargo, la última actualización proyecta que la economía mexicana cierre el año con 0.4% y para el 2020 alcance el 1.3%, cifras inferiores en -1.7 y -0.9% respecto a los pronósticos del mes de enero.
Las cifras estimadas del Banco Mundial son un poco más conservadoras. Estima un crecimiento del 0.6% para el 2019 y del 1.5% para el 2020, es decir -1.4 y -0.9%, respectivamente a lo proyectado en enero. Por su parte, la OCDE señala que México crecerá 0.2% en 2019 y en 1.2% en 2020, lo que significa un ajuste a la baja en -1.8 y -1.1% si se considera el informe publicado en marzo.
La desaceleración en México es producto del enfriamiento de la actividad económica doméstica caracterizado por la contracción del consumo privado y de la inversión, de la contención del gasto público, de las crecientes tensiones comerciales y la debilidad percibida de las condiciones macroeconómicas por factores idiosincrásicos, como la incertidumbre respecto a las políticas y el debilitamiento de la confianza empresarial.
Cabe destacar que no reduce al mercado interno la contracción esperada en la economía, dado la contribución de la desaceleración económica mundial y de los países desarrollados, la expectativa del crecimiento mundial se redujo en un rango del 2.9 y 3.0% para el 2019. Estas cifras representan el nivel más bajo desde el 2008. El próximo año los pronósticos son de 3.0 y 3.4%.
Al interior, la tasa de crecimiento esperada se alinea a la desaceleración estimada por los organismos internacionales y el Banco de México proyecta un crecimiento de 0.26% del PIB en 2019 y de 1.21% en 2020. De manera simultánea, el 35% de los empresarios encuestados en un estudio del Banco de México vaticinan que el clima de negocios empeorará y opinan que la economía no está mejor que hace un año. También coinciden en que “no es un buen momento para invertir”.
De manera simultánea, se agudiza la existencia de la economía informal, el ascenso del desempleo mientras se acentúan las desigualdades económicas regionales. Tales factores generan una mayor demanda del gasto público social.
Rector del Colegio Jurista