Ubicado en el Greenwich Village de NYC, en el número 53 de la Christopher Street se encuentra el Stonewall Inn. Un bar neoyorquino icónico que ofrece música en vivo con la peculiaridad de mantener sus puertas abiertas para toda la comunidad LGBTQ+. Es uno de los primeros lugares de NY, que nunca discriminó a nadie por sus preferencias personales, por ello el reflejo de los seis colores que pintan el arcoíris en una fachada de ladrillo.

En la década de 1960, en Estados Unidos, ser homosexual era un crimen ante la ley y un trastorno mental ante la sociedad. La discriminación hacia las relaciones fuera del margen heterosexual, provocaban un rechazo colectivo que reprimía y penalizaba todas sus muestras o manifestaciones externas. La ley, influenciada por prejuicios conservadores homofóbicos, prohibía la venta alcohol en los establecimientos de la diversidad. Por esta razón, el funcionamiento de estos bares dependía del crimen organizado, el cual solamente tenía interés en el beneficio comercial y nunca respondía por la seguridad de su clientela.

Así, continuamente se reproducían arrestos y penalizaciones con una brutalidad inmoderada por parte de la policía. Este trato, sustentado con pretextos religiosos y morales, violaba incluso los derechos fundamentales de las personas quienes aparentemente no gozaban de los mismos derechos de los heterosexuales por ser diversos.

Para finales de los 60’s, el Stonewall Inn era uno de los bares gay más populares en Nueva York. El 28 de junio de 1969, en ocasión de una redada policiaca, el bar vio nacer una de las primeras protestas que darían arranque al más grande movimiento defensor de los derechos de la comunidad LGBTQ+ en los EUA y el mundo.

Al llegar la policía, los presentes opusieron resistencia a la redada de la que serían objeto. “Una rebelión”, la llamaron al no haber cedido a la opresión en sus derechos y dignidad.

Cómo haya sido, este suceso dio inicio a una nueva lucha por defender el derecho a ser diferente, a pertenecer a una sociedad diversa, incluyente y tolerante. Las personas que anteriormente se revelaban únicamente en las sombras, comenzaron a salir a la luz tal cual eran. Las parejas se tomaban de la mano, y una nueva libertad pública comenzó a ser manifestada. El suceso en la Christopher Street pronto se expandió a otros lugares del país. Un año después, los activistas de este movimiento conmemoraron el aniversario de la protesta de Stonewall con la primera marcha del Orgullo Gay a nivel mundial. Una marcha de libertad y color que se ha reproducido anualmente en las calles de Nueva York desde entonces.

Este desfile, en donde participan miembros de la comunidad y aliados del movimiento, sirve de protesta ante siglos de abuso de hostilidades gubernamentales e intolerancia social, pero también para exigir nuevos derechos traducidos en políticas públicas que reconozca su presencia y aportaciones a la comunidad.

Gracias a estas acciones, en 2011, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la primera resolución histórica reconociendo los derechos de las personas LGBTQ+. En junio de 2015, la Suprema Corte de Estados Unidos emitió una sentencia histórica que garantiza el derecho de las parejas del mismo sexo a casarse. En México, este derecho se legalizó de igual manera recientemente. Hasta junio de 2024, 39 países han reconocido el matrimonio entre personas del mismo sexo, principalmente en América y Europa.

Todos estos logros son resultado del progreso de una sociedad que busca guiarse a través de los principios de inclusión, tolerancia y solidaridad. El orgullo LGBTQ+ es la historia de una lucha por el reconocimiento de los derechos fundamentales de cada persona sin importar la identidad de género ni la orientación sexual.

El movimiento LGBTQ+ es un reclamo por la libertad de amar a quien se elija y, lo que es más, es la expresión del valor y el reconocimiento de la autenticidad de cada persona en el libre albedrío de sus derechos fundamentales.

Por ello, el pasado 30 de junio, a partir de la calle 35 con la 5a avenida y hasta Christopher Street, una vez más, el Consulado de México en NY, se unió a la conmemoración del suceso que ha hecho posible visibilizar y materializar el derecho a pertenecer a una sociedad diversa, inclusiva, tolerante, solidaria y empática, en donde todos, todas y todos, tenemos un lugar sin que nadie sea discriminado ni señalado por su orientación sexual.

Stonewall fue el inicio de un movimiento que ha contribuido en adición a la libertad de preferencias personales, a la civilidad con la que se conforma una sociedad plural y diversa.


Cónsul General de México en Nueva York
@Jorge_Islas Lo

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