Cumplió 105 años la Constitución de Querétaro. En estricto sentido, deberíamos de estar conmemorando más años a la Constitución que se discutió y aprobó en Palacio Nacional en 1857, toda vez que nuestro texto político fundamental vigente, es producto de una serie de reformas que buscaron en su momento, adaptar las nuevas realidades políticas y sociales que dejaba la revolución de 1910.

Entonces, podemos decir que nuestra Constitución tiene 165 años. Sea cual fuere la fecha exacta, tenemos la Carta Magna más antigua de toda Latinoamérica y el honor de haber creado el Constitucionalismo social, las reglas que establecen derechos en favor de trabajadores y campesinos, para limitar el poder abusivo y desproporcionado de los empleadores de aquella época.

Venustiano Carranza

fue quien propuso mediante el plan de Guadalupe, la revisión y eventual reforma a la Constitución de 1857, para restituir el orden constitucional colapsado por Victoriano Huerta. Aprovechó la ocasión para introducir una nueva constitucionalidad, con el propósito de crear nuevas reglas institucionales, para hacer gobernable al país de manera eficaz y democrática. Una gran virtud de Carranza fue resistir la tentación de impulsar una nueva Constitución. Fue más pragmático y en 90 días se logró la gran hazaña de discutir y aprobar las reformas que adecuaban legal, política e institucionalmente, los retos que imponía el proceso posrevolucionario.

Una vez instalado el Congreso Constituyente, Carranza dio lectura a la propuesta de reformas que sugería para México, entre las que destacan por supuesto las de orden social, como lo fue el artículo 27 y 28, en favor de las tierras comunales y en contra de los monopolios privados. De igual manera, sugirió un nuevo arreglo para equilibrar las relaciones obrero patronales, como parte de los reclamos más sentidos de la revolución, quedando plasmado en el artículo 123, por primera ocasión a nivel constitucional, el derecho colectivo de los trabajadores para oponerse a la explotación y al abuso de su esfuerzo laboral.

El artículo 3 , sobre la educación pública, laica y gratuita, no formó parte original de la propuesta de reformas que sugirió Carranza. No obstante, aceptó su integración al texto, porque los diputados más radicales, como Francisco J. Múgica y otros, no apoyarían a cambio el núcleo más importante de sus reformas. Las de orden político, que hicieron posible revertir el pésimo modelo de gobierno que tenía la Constitución de 1857, en donde era totalmente disfuncional la preminencia del poder legislativo con el poder ejecutivo y judicial.

Otra gran virtud de Carranza, fue la de pedir a un grupo reducido de abogados, por cierto, los mejores abogados constitucionalistas de la época, que trabajaran en la elaboración del proyecto de reformas. De esta manera, José Natividad Macías, Félix Palavicini y Luis Manuel Rojas , fueron los encargados de dar forma al nuevo modelo de gobierno que impulso Carranza. Un sistema presidencial que revertía los poderes excesivos que indebidamente ejercían los estados, el poder judicial y principalmente el poder legislativo.

No tengo duda que José Natividad Macías , fue el Madison de la Constitución de 1917. El gran arquitecto e ingeniero constitucional que diseño y calculó los pesos y contrapesos que debía adoptar la nueva forma de gobierno que más convenía a México en aquel momento. Su legado institucional sigue vigente, así como su preocupación por hacer de México un país que puede vivir en armonía, paz y con estabilidad, por medio del derecho y la funcionalidad de un buen diseño institucional.

Cónsul General de México en Nueva York. 

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