Se cumplieron 104 años de la promulgación de nuestra Constitución de 1917. La realidad es que estamos conmemorando 164 años de haber sido originalmente aprobada, mediante la ley fundamental de 1857.
En 1916, el entonces jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, presentó la iniciativa para que un congreso constituyente reformara la Constitución liberal del siglo XIX, que, según Benito Juárez, Lerdo de Tejada, Justo Sierra, Emilio Rabasa y Cosío Villegas entre otros, consideraban que era una mala referencia para gobernar. En lo personal acompaño todas las críticas expresadas, añadiendo que el diseño institucional, era totalmente disfuncional, lo cual creó caos y anarquía institucional en una época que se requería unidad y eficacia de gobierno. El resultado de tener un mal instrumento de gobierno, fue un mal gobierno dando pie a la instauración de una prolongada dictadura.
El genio político de Carranza, logró crear una nueva Constitución, con un nuevo pacto político, el cual abarcó dos temas principalmente. En primer lugar, introducir por primera ocasión en la historia de todo el constitucionalismo, el reconocimiento de derechos sociales con rango constitucional, para que el Estado garantice la protección jurídica de los grupos más desposeídos frente al capital privado. En el México de entonces, predominantemente rural y sin educación, se estableció el resguardo legal en favor de trabajadores y campesinos, para limitar el abuso y explotación del que fueron objeto por muchos años durante el porfiriato. De ahí que se considere a nuestra Carta Magna como la primera constitución social de todos los tiempos.
El segundo acuerdo, fue dirigido a rediseñar el marco de gobierno, las nuevas reglas que requería el nuevo sistema político que debía estabilizar con instituciones y leyes al México post-revolucionario. En principio se pensaría que se dotó de amplias facultades constitucionales al presidente de la República, sin embargo con menos superficialidad, nos daremos cuenta que en efecto se empoderó al Ejecutivo federal para crear un contrapeso frente al poder descomunal que tuvo en su momento el Congreso. Fue un movimiento que únicamente buscó equilibrar las competencias y facultades de cada poder público. De entonces a la fecha se han introducido más de 700 reformas, ubicando a nuestro texto político fundamental como uno de los más transformados en la historia.
Con nuevos retos y desafíos, se mantiene el mismo espíritu con el que fue creada la Constitución de Querétaro en 1917. Un instrumento al servicio del pueblo, con derechos universales y otros colectivizados para que el Estado defienda a los grupos económica y socialmente más vulnerables frente al poder monetario.
En materia consular, la Constitución ofrece en adición a la defensa de los derechos e intereses de los connacionales que viven fuera de México, la promoción y protección más amplia de sus derechos humanos, como es el derecho a tener una identidad legal, a través de identificaciones oficiales por medio de un pasaporte o matrícula consular, acta de nacimiento, o bien, garantizar que como ciudadanos en el ejercicio de sus derechos políticos, puedan votar desde el extranjero, al ayudarlos a tramitar su credencial electoral, identificación fundamental con la que se ejerce el voto para la renovación del poder público en sus tres órdenes de gobierno.
Por el momento, el derecho a votar desde el extranjero es pasivo, dado que a nivel federal no hay manera de elegir a representantes de los migrantes. Todo un tema pendiente para el reconocimiento más amplio de los derechos fundamentales.
@Jorge_IslasLo