Para el año 2021 se presentan dos grandes retos que deben de ser debidamente atendidos, para ver luz al final del túnel. Retos que son responsabilidad principalmente de las autoridades competentes, pero que deben ser acompañados solidariamente por una buena parte de la sociedad neoyorquina, a fin de lograr un mejor momento para todos.
El reto económico descansa principalmente en la posibilidad de reactivar la economía estatal y municipal, en los diversos rubros y áreas comerciales que ofrecen los negocios establecidos, tan pronto y sea posible.
Aun y cuando hay un proceso de vacunación en curso, con apoyos diversos, es difícil predecir la fecha aproximada en la que se asegure que sectores importantes de la economía local puedan restablecer sus operaciones de manera regular. Por ejemplo, la industria hotelera, restaurantera, del espectáculo y otros negocios no esenciales no pueden hacer mucho, hasta en tanto la autoridad levante las altas restricciones sanitarias.
Ante el impasse económico, los programas gubernamentales de ayuda fiscal y acceso a créditos blandos seguirán siendo una tabla de salvación para evitar mayores complicaciones. Lo que es claro, es que la economía no va a levantar hasta en tanto el reto sanitario sea resuelto, lo cual implica que la vacuna haga efectos para inmunizar a un número suficiente de personas, que reduzca considerablemente la propagación y contagio del virus.
Entonces, el primer gran reto del año, del cual dependen otros rubros de la agenda pública, es atender y resolver el tema sanitario.
Si bien es un programa de apoyo federal, es la autoridad estatal la que tiene competencia para determinar qué hacer, cuándo, cómo y con quién llevar a la práctica, el proceso de vacunación. Por fortuna es un estado santuario que no pide el status migratorio de nadie, para ofrecer la aplicación de la vacuna. No hay estigmas ni diferencias de quienes deben ser atendidos primero, salvo por los dos criterios que han determinado las autoridades, para ofrecer la mayor protección posible a las personas con altos riesgos. Creo más importante aún, es que hay racionalmente conciencia y claridad de que debe de ser vacunada la población por segmentos de vulnerabilidad, para que surta efecto la inmunidad que se requiere en el restablecimiento de nuestras actividades productivas y personales.
La estrategia a seguir está dividida en 5 fases. La primera que ya está en curso, atiende a trabajadores de la salud y servicios conexos. Al momento de escribir esta nota, van 450 mil personas vacunadas. La fase 1B que da inicio mañana es para atender a trabajadores de primera línea, como policías, bomberos, profesores, trabajadores del servicio de transporte público y personas mayores de 75 años.
La fase 1C incluye a adultos entre 65 y 74 años y personas mayores a 16 años con enfermedades médicas preexistentes de alto riesgo, entre otros. La segunda fase, considera a cuidadores de personas mayores, trabajadores de tiendas de abarrotes, comida procesada, manufactura, entre otros. Las siguientes fases 3, 4 y 5, incluyen a personas más saludables y de menor riesgo en caso de contagio.
Con una vacuna universal, gratuita y sin hacer distingo alguno por el status migratorio, estaremos informando a nuestra comunidad de las fechas y lugares que les corresponden, para proteger su salud y reiniciar la recuperación de empleos y oportunidades que tanto necesitamos.
@Jorge_IslasLo