«Diez gramos de prevención equivalen a un kilogramo de curación.»
Lao Tse
El próximo Gobierno de México tiene el reto, que es una demanda histórica, de consolidar el sistema de salud pública universal y gratuito. Esto implica que todas aquellas personas que no forman parte del esquema de seguridad social brindado por el IMSS o el ISSSTE, y que tampoco tienen posibilidades para cubrir los servicios de salud de forma privada, puedan hacerlo a través de una institución a cargo del Estado; lo cual, ya es llevado a cabo por la federación con la participación de los gobiernos locales en 23 entidades federativas a través del IMSS-Bienestar. Aquí no existe distinción entre los usuarios, ni se da un servicio preferencial de acuerdo al estrato socioeconómico, credo, raza o identidad sexual, es universal. Las personas que acceden a este sistema de salud reciben consultas médicas, atención hospitalaria y de especialidades, otorgándoles los medicamentos y tratamientos que lleguen a necesitar. Aún falta que este sistema pueda atender a una población adicional, que se estima en un 20%, y que representa aquella que se ubica en las entidades que no se han adherido a este sistema.
Debe dimensionarse el cambio radical que se ha presentado en esta administración del programa IMSS-Bienestar dirigido a la atención de la salud de la población en mayor situación de vulnerabilidad, para transformarse en un sistema de salud universal para personas que no cuenten con seguridad social. Así, anteriormente sólo atendía a 12.3 millones de individuos sin seguridad social, el resto se cubrían en subsistemas estatales con coberturas distintas. Ahora en 2024, el IMSS-Bienestar es susceptible de brindar servicios de salud a 53.2 millones de personas. Como programa llegó a tener 80 hospitales, tres mil 622 unidades médicas rurales y funcionaba en 19 estados. Hoy el IMSS-Bienestar tiene 669 hospitales y 11 mil 935 centros de salud en 28 estados. Respecto al personal de salud, también ha tenido un incremento importante, que pasó de poco menos de 26 mil personas trabajadoras en 2019, a 274 mil personas que colaboran en este sistema de salud.
Otra de las características que hacen diferente al IMSS-Bienestar respecto a otros modelos de salud del mundo, es que este sistema es gratuito. No existe el cobro de cuotas, prepagos, opción a pagar por tener un servicio diferenciado, ni primas, tal como sucede en otros países donde a partir de determinadas enfermedades o medicinas se tiene que pagar. Entender a la salud como un derecho en lugar de un privilegio, es una de las cosas que diferencia al proyecto de nación que gobierna y gobernará en el próximo sexenio, respecto a los anteriores. El IMSS-Bienestar también cuenta con un enfoque preventivo, orientando acciones en materia materno-infantil, sobre los distintos tipos de cáncer, la salud mental y grupos en situación de vulnerabilidad, así como a personas en situación de adicciones, por mencionar algunas; con lo que además de ayudar a que las personas tengan una mejor calidad de vida, también contribuye a que no se saturen los servicios de salud.
La meta es la plena adopción y funcionamiento del IMSS-Bienestar, dotado cada vez con más y mejores servicios, para que les sea garantizado el derecho humano a la salud a personas que no cuentan con seguridad social.