El subcampeonato 2023 que le dejó Santa Claus a Checo Pérez, ha sido el mejor regalo de Navidad que el mexicano ha recibido, deportivamente hablando. Sin embargo, pensando en 2024, estos son los tres mejores presentes que esperaría.
1.— Un RB20 siempre a modo. Red Bull ha fallado, desde la llegada del piloto mexicano (2020), en entregarle un auto que no sólo saliendo de fábrica esté equilibrado hacia su estilo de manejo, pues una de las claves en la caída de rendimiento de Pérez ha venido casi siempre de la mano de un coche que evoluciona hacia la manera de conducir del tricampeón Max Verstappen.
2.— Un nuevo ingeniero de carrera. Hugh Bird ha sido quien, dentro de la estructura de Red Bull, ha acompañado al piloto mexicano en la ejecución de cada Gran Premio. Y aunque el inglés ha ganado y perdido con Pérez, se ha convertido también en su talón de Aquiles, fallando en momentos clave. Checo ha tratado de ser diplomático, de competir con los recursos humanos que tiene a la mano, incluso de impulsar el carácter de Bird, pero Hugh no ha dado el estirón necesario para acompañar ahora a un subcampeón del mundo, y lejos de mostrar que puede presionar al de Jalisco hacia el último escalón pendiente, la realidad es que no se ve por dónde.
3.— Una nueva renovación de contrato. En el último bimestre, se ha especulado con que Pérez podría cancelar su contrato actual —que expira en 2024— para ir por uno nuevo de dos años, concluyendo en 2025. Sin duda, sería el regalo más grande saber que tendrá todavía un par de oportunidades más para correr en el equipo protagonista de la época actual en la Fórmula 1. Las últimas semanas, el propio Christian Horner —director de la escudería austriaca— ha hablado de que el futuro de Checo está todavía en sus propias manos y que dependerá de su desempeño a lo largo de la temporada para que el equipo se decante por una nueva oportunidad para él. La vara está alta, repetir el subcampeonato es lo menos que se espera de Pérez.
¿Habría mejores regalos para Checo? No lo creo, aunque quizá una fanaticada más crítica y más patrocinadores, no le caerían mal. Tal vez, recuperar un poco el anonimato, en donde se siente más cómodo, fuera de los reflectores, pero el éxito tiene precio y —desafortunadamente— en México no tenemos estrellas de su tamaño.
Y a ti, querido lector, espero que Santa te deje más de tres regalos, o por lo menos que deje bajo tu árbol mucha salud, dinero y amor.