El inicio de la temporada 2023 puso al piloto español una vez más en boca de todos como uno de los baluartes de la Fórmula 1, un atleta de más de cuatro décadas —ayer cumplió 42— en plenitud de facultades y con más hambre que nunca, para ir tanto por esa famosa victoria 33 en su palmarés, como por el elusivo tercer campeonato que se le escurrió de las manos tanto en McLaren como en Ferrari.

Aston Martin puso en las primeras carreras del año un impresionante AMR23, diseñado de la mano de Dan Fallows (exRed Bull) y Eric Blandin (exMercedes), ambos jefes de aerodinámica en sus anteriores equipos y actualmente formando dupla como directores técnicos en la escudería propiedad del canadiense Lawrence Stroll.

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El auto verde esmeralda parecía ser el único capaz de desafiar al Red Bull —el RB19— diseñado por Adrian Newey, a la postre, formador de Fallows. En manos de Alonso, el auto se potencializó, logrando seis podios en ocho carreras, ubicándose detrás de Max Verstappen y Sergio Pérez, incluso acechando al mexicano en el subcampeonato de pilotos. Apenas en junio, en el Gran Premio de Canadá, el asturiano se mostraba confiado en darle alcance a Checo, cuando el de Jalisco pasaba por sus peores momentos intentando adaptarse nuevamente al auto y donde la crisis de no pasar a Q3 en las calificaciones era más que evidente.

El reto para Aston Martin era precisamente soportar el trajín de la temporada y seguir tan fuerte como inició el año, al parejo en las actualizaciones del resto de los equipos y manteniendo el status quo que mostró hasta Canadá. Sin embargo, tal como ha aceptado Mike Krack, jefe de equipo de la escudería de la marca de autos británica, Aston Martin “no ha tomado decisiones correctas” en el desarrollo de auto, pues la forma en que lo han evolucionado “es muy compleja”.

Alonso se ha rezagado ya 32 puntos respecto a Checo Pérez, quien —todo parece indicar— ha recobrado la forma y se irá al parón de verano como subcampeón del mundo. En contraste, el español dos veces monarca de la máxima categoría (2005 y 2006) ha sumado pocos puntos en las más recientes carreras y lo que es peor, aparecen errores de pilotaje como el ocurrido en la Sprint Race en Bélgica.

La caída de Aston Martin no representa precisamente la de Fernando Alonso, que está más allá del bien y del mal, pero sí opaca el resurgimiento del español, quien se mostraba como el seguro acompañante de los Red Bull en los podios. Aston Martin ya perdió el subliderato del campeonato de constructores con Mercedes y está a ocho puntos de sucumbir ante Ferrari. Pasar de segunda a cuarta fuerza en la primera mitad de la temporada parece demasiado y donde su única respuesta para recomponer el camino es precisamente Fernando Alonso, quien también podría preguntarse si le gustaría seguir un año más en la F1 en un equipo de media tabla en 2024.

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