En los años recientes, el debate acerca de “ser latinoamericano” en la máxima categoría ha cobrado fuerza, y de hecho se ha polarizado cuando hoy sólo tenemos un representante en la persona del piloto mexicano en , Sergio Michel Pérez Mendoza. Para empezar, hay que considerar a la Fórmula 1 como un deporte arraigado fuertemente a sus raíces europeas, como en su momento el futbol soccer, el tenis o el golf, en donde pertenecer a sus élites comenzaba con ser nativo de la región.

Sin embargo, tan pronto como en sus primeros años la F1 entendió que para ser campeón del mundo no se necesitaba ser europeo, surgió la enorme figura de Juan Manuel Fangio, el argentino que escribió un pentacampeonato con tres escuderías diferentes, un récord imbatible al día de hoy.

También así llegaron al Gran Circo los hermanos mexicanos, Ricardo y Pedro Rodríguez, el primero sobre todo precedido de su reputación como tremendamente rápido y con logros notables como ganar la peligrosa Targa Florio siendo menor de edad. No hay al respecto ninguna nota documentada que señale negativamente su origen latino o mexicano. Años después, Jackie Stewart llegó a criticar a Pedro Rodríguez, aduciendo que el de México era el estereotipo latino: “rebelde, sangre caliente, irracional”, pero nunca fue más allá.

Lee también

A los pilotos latinoamericanos la aduana para llegar a la F1 siempre se les ha complicado, empezando porque desde temprana edad no sólo deben cambiar de país, sino de continente. Ayrton Senna por ejemplo, escaló desde Brasil a bordo de los campeonatos mundiales de gokarts para instalarse en categorías europeas, siendo peleado por los equipos de F1 para ficharlo y dar el gran salto. Sus años en McLaren fueron turbulentos en la rivalidad con Alain Prost. Pero las críticas a Senna eran por ser Senna.

Antes de Senna, Emerson Fittipaldi y Nelson Piquet habían dejado su huella. Llegaron también Rubens Barrichello y Felipe Massa. No recuerdo para ellos un solo comentario de inferioridad.

Y llegamos al punto que ha sido de inflexión: cuando Helmut Marko, asesor de Red Bull, acusó que el rendimiento de Pérez se debe a que es latino. Nadie ha ido tan lejos como Marko, y la propia F1, al interior y al exterior de sí misma, lo ha condenado de manera unánime.

Bajo este ambiente tóxico, y al ser el único piloto latinoamericano, Pérez ha sentenciado que las críticas contra su desempeño se exacerban: “Lo vimos con [George] Russell, en la última carrera choca en la última vuelta yendo segundo lugar y no se habla de eso. Eso te pasa en Red Bull, tienes a 300 medios de comunicación diciendo que tienen que quitarte del lugar”.

El mexicano, Marko y el resto de la F1 deben pasar la vuelta a esta página nociva para el deporte, pues no sólo prolonga una atmósfera adversa para él en lo que le reste en la máxima categoría, sino para otros pilotos mexicanos, latinos o iberoamericanos.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS