El mundo del la Fórmula 1 pensaba que con solo dos carreras por delante y los campeonatos tanto de pilotos como de constructores definidos, todo estaba dicho en 2020. Sin embargo, hoy vive un par de sacudidas, tanto con el reciente accidente del francés Romain Grosjean de la escudería Haas —y sus repercusiones en la seguridad de la máxima categoría—, como con el positivo del multicampeón Lewis Hamilton, en donde su equipo, Mercedes, decidió recurrir a George Russell para suplirlo este fin de semana en el Gran Premio de Sahkir.

En este último tema, Hamilton se vio imposibilitado de correr al menos este fin de semana en el circuito de Bahrein ante la noticia el martes pasado de que había resultado con coronavirus, ante lo que Mercedes optó por ascender a su novel piloto Russell, quien fichado por la escudería viene fogueándose en Williams desde 2019. Recordemos que este piloto inglés es un consumado volante: campeón en 2017 de la GP Series, y monarca de la Fórmula 2 en 2018.

Actualmente, Hamilton negocia un nuevo contrato, que implica que algo tendrán que vender para poder pagar la renovación del ahora heptacampeón del mundo, aunque el mandamás de la escudería afirmó en la pasada carrera que Lewis estará con certeza a bordo de su estrella de plata en 2021.

Sin embargo, la ausencia de Lewis abrió un compás de espera en esta renovación con Mercedes. Obviamente, todos los involucrados han salido a defender esto. Pero, bastó con que Russell pusiera sus manos sobre el W11 —nomenclatura del automóvil Mercedes de F1 en 2020— para poner los mejores tiempos, manifestando apenas en la primera práctica del GP de Sahkir, que efectivamente este es el mejor coche de la F1, superando incluso a su hoy coequipero, el finlandés Valteri Bottas, quien lleva todo el año conduciéndolo.

Esto aviva no sólo el debate de la superioridad del auto sobre el resto, y que sólo hace falta un piloto capaz para llevarlo a lo más alto del podio, sea Hamilton, Russell u otro de nivel parecido, para ganar. Lo anterior le da a Mercedes todas las armas para negociar con Lewis su continuidad, a manera de: “¿Quieres este auto? Quédate con los 45 millones que hoy te pagamos, quizá un poco más y sigue rompiendo récords”, a diferencia de los 70 millones que se dice pretende Hamilton, 10 por cada campeonato.

Un podio de Russell, o incluso una victoria, pondría en enorme predicamento a Hamilton, pues Mercedes le pondría en cara que tienen al reemplazo perfecto, un claro “no eres tú, es el coche”, con las repercusiones salariales mencionadas, además de un raspón a su reputación como campeón. Cierto es que Lewis pasará a la historia como uno, si no es que el mejor, piloto de la historia de la F1, y que al igual que los grandes nombres de la máxima categoría, su legado irá de la mano de su auto, tal como Ayrton Senna y el legendario McLaren MP4/4, Michael Schumacher y el Ferrari F2004 o Sebastian Vettel y el RB6.

Las respuestas están antes de la vuelta a 2021.

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