Después de rumores y años de especulación, el pasado viernes vimos por fin el logotipo de Audi, marca propiedad del gigante automotriz alemán, sobre un Fórmula 1, en lo que fue el anuncio oficial de la entrada de la marca de los cuatro aros en 2026, con un equipo propio y un tren motriz desarrollado por sí mismo en Alemania, comprando 75% de la estructura de la escudería Sauber, la misma que hoy soporta a Alfa Romeo y que en el pasado también alojó a BMW.

¿Pero porqué un grupo automotriz como VAG (Volkswagen AG) quiere entrar a la Fórmula 1, la misma donde fracasó Toyota, y en la que lo han intentado sin títulos BMW o Aston Martin, o donde históricas como Lamborghini no se han atrevido?

Tres factores juegan a favor. En primer lugar, el crecimiento del Gran Circo. La F1 hoy pertenece al consorcio americano Liberty Media, comprada al mítico promotor Bernie Ecclestone por 4 mil 600 millones de dólares en 2017. Cierto es que bajo Ecclestone la máxima categoría se convirtió en un deporte global con millones de televidentes, pero en su última década al frente la audiencia decayó rápidamente y se hizo madura, además de que como deporte no entendía los contenidos digitales.

En manos de Liberty Media, la audiencia de la F1 ha rejuvenecido, promediando los 32 años y con el público femenino creciendo, pasando de 18.3 a 26%. En 2021, más de mil 500 millones de telespectadores siguieron las carreras, siendo popular en mercados clave como China, mientras que en redes sociales, la Fórmula 1 posee la mayor tasa de crecimiento entre los deportes más populares del mundo. También está el factor Estados Unidos, lugar que según Chloe Targett-Adams, directora global de promoción de carreras de F1, es el mercado con mayor expansión con 36 millones de aficionados, un alcance televisivo de 28 millones y dos millones respecto a seguidores en redes sociales.

Segundo factor, la exposición comercial. Audi conoce bien de esto pues ha sabido capitalizar en negocio su participación en el deporte motor, logrando campeonatos en todas las categorías donde se ha parado: Le Mans, Mundial de Rallys (desarrollando tecnología propia como la tracción “quattro”), Rally Dakar, Fórmula E y DTM. Por ejemplo, Petronas, petrolera malaya patrocinadora de Mercedes, reveló en 2019 que gracias a la F1 su rentabilidad fue casi cuatro veces mayor, además de que su exposición en medios aumentó 40%.

Tercer factor y decisivo, el cambio de normativa en 2026 orientada en mucho hacia la parte eléctrica y de sostenibilidad, valores que comparten tanto VW como Audi. Revisando un poco la historia, ya hay noticias desde por lo menos 2010 de que Volkswagen buscaba entrar con al menos unas de sus marcas a la F1, pero no se había dado el momento sobre todo a nivel reglamentario y tecnológico que alentara su entrada con el involucramiento que estaba buscando.

Y VW va por más, pues está próximo a anunciar su alianza, también a partir de 2026, con Red Bull. Que sea en beneficio de los fanáticos de la F1 alrededor del mundo.

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