Todos lo daban por muerto —me incluyo—, un tetracampeón del mundo que había que mandar a su casa a rememorar su mejores años, por quien había que dejar de apostar y al que debía buscársele urgentemente reemplazo. Hablamos de Sebastian Vettel , piloto teutón de Ferrari que ha tenido una enorme recuperación, y que aguarda a 2020 para dar el asalto al campeonato del mundo de la Fórmula 1.
Ya lo decíamos en este espacio en septiembre, cuando el alemán caía en una espiral lamentable de pifias en pista. Remarcábamos una frase: “¿Qué hacer con él? Ferrari tiene que rescatarlo”.
Y así fue, Vettel se levantó con la victoria una carrera después, en el Gran Premio de Singapur —tras un año sin ganar desde Bélgica 2018—; sacó un tercer lugar en Rusia, obtuvo la pole position en el pasado GP de Japón y aún cuando cometió un pequeño error en la arrancada, mantuvo a raya a Lewis Hamilton para quedarse con el segundo sitio detrás de Valteri Bottas.
El gran acierto de Ferrari y su director de equipo, Mattia Binotto , yendo un poco al límite en la gestión de sus pilotos, ha sido dejar que Charles Leclerc le pique la cresta a Sebastian Vettel. El monegasco se alzó con méritos propios sobre el germano tetracampeón del mundo.
Vettel
veía carrera tras carrera cómo Leclerc era más rápido, consistente y se convertía en el “nuevo chico maravilla” en quien los tifosi depositaban nuevas esperanzas de un futuro campeón para Ferrari. Sebastian tardó en encontrar ritmo en un auto que parecía no estar plenamente configurado para él. Tácitamente dentro y fuera de Ferrari, Vettel t enía que comenzar a tomar su papel como piloto número dos, debajo de
Sin embargo, el alemán dio un manotazo sobre la mesa a partir de Singapur, que remató en Rusia y subrayó en Japón . Le demostró a Leclerc no sólo que podía volver a ganar carreras y que a una vuelta puede ser más rápido que él, sino que el lugar como piloto número uno no está dispuesto a cederlo.
Medios como
La Gazzetta
dello Sport han ventilado que el interior de Ferarri no es una luna de miel, en donde las diferencias entre sus pilotos comienzan a mostrar algunas grietas, e incluso afirmando que la relación Vettel-Leclerc no es buena. Si Sebastian mantiene el momento por lo que resta de la temporada (cuatro carreras: México, Estados Unidos, Brasil y Emiratos Árabes Unidos) , sin duda estará dando cara para 2020, dejando la lucha abierta con su coequipero, Recordemos que siempre las guerras entre compañeros de equipo terminan con la partida de uno. En la era Senna-Prost, el francés optó por irse a Ferrari; o en el Rosberg-Hamilton , el alemán prefirió marcharse una vez obtenido su único campeonato.
Binotto pasa entonces por un momento crucial en la gestión de sus pilotos, sin que las disputas arruinen el objetivo largamente acariciado para Ferrari, recuperar el campeonato del mundo, tanto de equipos como de pilotos. Vettel está de regreso y no está dispuesto a bajarse del barco sin dar pelea.
@jgarciacontacto
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