Érase que se era un equipo de Fórmula 1 donde el ADN era ganar prácticamente donde fuera, carreras de resistencia o de cualquiera categoría, máxime en la élite del automovilismo mundial, llevando su poder a las calles en autos de serie que celebraban dicha tradición ganadora.

Desde muy temprano aprendió que era prácticamente imposible ganar un campeonato del mundo con un piloto nacido en Italia -fuera de Alberto Ascari en 1952 y 1953, siendo Ludovico Scarfiotti en 1966 en último peninsular en obtener una victoria (Monza), a bordo de un Ferrrari-, y trajo a sus filas a volantes extranjeros que construyeron su gloria, desde Fangio, Hawthorn, Hill, Surtees, Lauda, Scheckter, Schumacher hasta Raikkonen.

También aprendió que sus baches sin campeonatos del mundo son entre una o dos décadas. Entre la corona de Surtees y el primero de Lauda pasaron 11 años, así como 21 entre el de Scheckter de 1979 y el primero de Schumacher del 2000. Y así llegamos a la última corona de Ferrari con Kimi Raikkonen en 2007, en donde hasta el momento han pasado 16 años sin celebrar un título. Sin embargo, en esos años olvidó nuevamente que a la escudería italiana deben llegar pilotos consagrados, con títulos del mundo como currículum o al menos experiencia ganadora, capaces de construir autos y equipos en torno a sí mismos. Sin tal palmarés llegaron sus actuales pilotos, Charles Leclerc y Carlos Sáinz Jr., muy buenos sí, pero más en la línea de aquellos que buscan que se les entregue un buen auto para pelear, más ubicados en la clásica respuesta de “-El equipo no ha encontrado la respuesta”, que la deseable “-Seguimos buscando soluciones”, más en las que dieron en su momento Michael Schumacher e incluso Fernando Alonso o Sebatian Vettel.

El Ferrari de hoy sigue apostando a que Leclerc (al parecer ya renovado por tres años más) siga sumando experiencia y de la noche a la mañana, bueno, de un año a otro, aparezca con soluciones o el carácter que nunca ha mostrado, donde si bien es rápido a una vuelta, se desquebraja cuando está bajo presión. Igualmente, en el Ferrari de 2023, su director de equipo Fréderic Vasseur apuesta a que su auto “será dos décimas más rápido en septiembre, otras dos en octubre y cuatro en 2024”, como si fuera una compra en abonos chiquitos. No puede ser, Vasseur apuesta entonces a que ninguno de los equipos que hoy están por delante de él -Red Bull, Mercedes y Aston Martin, vayan a hacer nada, sin descontar también a McLaren que ha venido creciendo.

En Ferrari no hay respuestas, y por el contrario, hay más dudas que nunca.

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS