Cada año comienza para la escudería italiana con la misma frase: “A la conquista del título”, pero termina igual desde que en 2008 consiguiera el campeonato de constructores (y un año antes el de pilotos con Kimi Räikkönen): nuevamente con las manos vacías.

Y es que la espera entre un campeonato y otro en el equipo rojo ha sido larga, pues si bien entre el último título de Michael Schumacher, en 2004, y el del finlandés pasaron sólo tres años, entre la era del alemán y el del sudafricano Jody Scheckter de 1979 pasaron 21. Ahora, con tres lustros a cuestas, Ferrari parece no tener para cuándo despertar y luce condenado por lo menos hasta 2026 —cuando una nueva reglamentación técnica entra en vigor—, para poder resucitar.

2023 fue una nueva decepción para los tifosi, pues aún cuando se prometió mejorar lo hecho un año antes, el equipo retrocedió en sus resultados. En 2022, con todo y los errores estratégicos garrafales del tristemente célebre Mattia Binotto, entonces director de la escudería, Ferrari consiguió 17 podios con cuatro victorias, para sumar 554 puntos.

En la temporada que acaba de concluir, el francés Frederic Vasseur llegó como nuevo Team Principal con la promesa de poner orden y llevar a Ferrari aún más lejos, o por lo menos mantener el nivel de Binotto, pero la realidad es que el equipo retrocedió, con nueve podios, solo una victoria y 406 puntos. Podemos concederle a Vasseur que 2023 fue un año de transición para él y que en 2024 ya debe notarse su mano en el desarrollo del nuevo coche, y que quizás mejoró el status quo del equipo terminando el año con podios consecutivos en segundo lugar, pero sigue sonando poco.

En Italia suenan los rumores de una nueva renovación para Charles Leclerc con hasta cinco años más de contrato y una mejora salarial sustancial, pasando de 25 millones de euros por temporada a 50, en tanto que Sainz podría firmar por dos años más hasta 2026. A decir de John Elkann, presidente de Ferrari y Stellantis, ya es un hecho que ambos pilotos seguirán con el equipo italiano más allá de 2024,.

¿Qué le hace falta a Ferrari para lograr un nuevo campeonato del mundo? En primera instancia, un auto ganador sin debilidades ni interrogantes. Por lo menos en los últimos tres años con los SF21, el F1-75 y el SF23, el problema recurrente en el equipo ha sido la degradación de sus neumáticos, algo que no han podido y al parecer, ni querido entender. ¿Y qué decir de sus pilotos? Sigo sin estar seguro de qué tanto Leclerc y Sainz tengan la estatura para ser campeones del mundo; sí son pilotos élite, pero ambos han mostrado debilidad de carácter en momentos clave.

Actualmente y en perspectiva hacia 2024, Red Bull luce igual de fuerte y quizá McLaren parece más listo a desafiarlo, mientras que Mercedes siempre está al acecho. Ferrari, para desgracia de sus millones de fanáticos alrededor del mundo, aún parece lejos. Ojalá que no sea la misma historia de los últimos 15 años.

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