Corría agosto del año pasado, cuando —jefe de equipo en Ferrari— ya apuntaba hacia lograr las coronas de constructores y pilotos: “Nuestro objetivo es y debe ser ganar el Mundial de Fórmula 1 lo más pronto posible. Apuntamos con fuerza a un 2022 que llega con una gran revolución regulatoria”. Hoy, se desdice: “Nos marcamos el objetivo de volver a ser competitivos... Así que nuestro objetivo es ser competitivos, no ganar el campeonato”. ¿Dónde quedó entonces la estirpe ganadora delineada históricamente por Enzo Ferrari?

Hace unos meses, Binotto era otro: “Luchar por el título [2022] es algo imprescindible. Estamos trabajando duro para llegar a ese objetivo, no hacerlo significaría un fracaso”. El comienzo de la temporada lucía no sólo prometedor, sino congruente con ese pensamiento. Ferrari se erigía con el mejor auto de la parrilla, sus pilotos era uno-dos y la cima estaba a la vista.

Sin embargo, y sin que hayamos llegado a mitad de temporada, eso ya no existe.

¿Esa es la actitud del director de una escudería con la reputación ganadora más grande en la Fórmula 1 ? Si algo ha construido la marca Ferrari es que el emblema del Cavallino Rampante significa ganar o intentar hacerlo hasta el último aliento.

Es cierto, todos los equipos pasan por altas y bajas. Ahí está el caso de Mercedes , que reinó de manera aplastante durante casi una década, hasta el año pasado, y hoy acepta crudamente que no está en su mejor momento. Ferrari ya pasó por eso con el antecesor de Binotto, el italiano Mauritzio Arrivabene , quien dirigió al equipo de 2015 a 2018. Y en ese último año, con Vettel perdiendo el título, se decía abiertamente en el paddock que era el peor equipo con el mejor auto, especialmente por la manera en que fue gestionado.

Mattia Binotto tiene ya varios pecados en su haber, desde intentar —en 2019— hacer trampa con un motor que inyectaba más combustible en las rectas, y por lo cual era súper veloz. Ese asunto terminó en tribunales, pero tanto la FIA como Ferrari decidieron arreglarlo “internamente”. Después, el injusto trato a Vettel durante su último año de contrato, en 2020, e incluso la sorpresiva renovación de Carlos Sainz hasta 2024, sin dejar de lado que rompió con la tradición de contratar siempre campeones del mundo.

Bajar las expectativas de Ferrari es un error; si Mattia Binotto ha descubierto puntos débiles en el equipo (sus pilotos se han doblado más de una vez ante la presión de Red Bull, sus estrategias han sido fallidas y su motor ha evidenciado que no es 100% fiable), debe no sólo trabajar en eso, sino redoblar la apuesta por el campeonato, ser la voz que jamás debe darse por vencida, y no salir a decir que el equipo ya cumplió. De continuar así, Binotto puede estar siguiendo el camino de su antecesor, y no llegar a la tierra prometida que todavía el año pasado avistó.

@jorgedialogante

Google News

TEMAS RELACIONADOS