A principios de la actual temporada de Fórmula 1, la prensa se deshizo en elogios (me incluyo) cuando Red Bull develó su auto para 2024, un auto que parecía de otra dimensión en cuanto a diseño, apostando por cambios radicales respecto de su exitoso predecesor, el RB19 ganador de 21 de 22 Grandes Premios en 2023. Sin embargo, después de un comienzo prometedor en que la escudería campeona del mundo obtuvo dobles podios con Max Verstappen y Sergio Pérez en cuatro de cinco carreras, hoy el panorama es radicalmente distinto, donde hasta el neerlandés se ha quejado de un coche inmanejable.

Red Bull y su ingeniero Adrian Newey han construido prácticamente desde 2017 su coche de carreras en torno a Verstappen, un piloto con un muy particular estilo de manejo más orientado a empujar desde la parte delantera del monoplaza, como Alex Albon (exRB, hoy en Williams) confirmó en una entrevista. El de Max es un modo “afilado” con el que “no es tan fácil llevarse bien” y en el que el tricampeón del mundo eleva esta exigencia en el auto conforme avanza la temporada.

El estilo de manejo de Checo es completamente a la inversa, al de Jalisco le viene mejor un auto balanceado hacia la parte trasera del coche. Por eso se explica que cuando los autos diseñados por Newey salen de la fábrica en Milton Keynes a inicios de temporada están más balanceados y favorecen el estilo de Checo, pero conforme avanza el serial este balance se va alejando de su modo de conducción, yendo hacia el de Max.

Sin embargo, en Red Bull parecen no entenderlo del todo y culpan el mal momento de Pérez a una situación mental más que al coche. Aunque los golpes de realidad lo confirman no se puede culpar a RB, pues el tiempo le ha dado la razón en la era Verstappen: cinco campeonatos en fila (tres de pilotos y dos de constructores, respectivamente, desde 2021), incluyendo el 1-2 de Max y Checo del año pasado.

Hoy Pérez vive uno de los momentos más complicados de su estadía en F1 y parece que la ya conocida guillotina de Red Bull (aún con contrato renovado hasta 2026) pende sobre su cabeza, luego de errores tanto en su garaje como suyos, pero propiciados por el coche. Obviamente la prensa europea, típicamente tan habituada a golpear al mexicano, hace lo suyo y candidatea pilotos para reemplazarlo antes de que termine la temporada.

Pérez tiene los próximos GP de Hungría y Bélgica para sacar buenos resultados antes del parón de verano y recuperar la brújula como el único capaz de sacarle jugo al coche después de Max. El mexicano ha demostrado que tiene con qué y ha salido de situaciones igualmente complicadas, pero Red Bull tiene que ayudarlo ya.

@jorgedialogante


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