La temporada 2023 del piloto mexicano Sergio Pérez comenzó de manera prometedora, tanto así que en cuatro carreras ya había obtenido una pole position y dos victorias. Sin embargo, llegó Mónaco para alterarlo todo, y a partir de ahí es donde el mexicano debe recomponer el camino pronto y no caer en los baches que ha tenido en sus dos últimas temporadas con Red Bull, en donde al final ha sabido hacerlo.

Luego del fuerte impacto que resultó tanto para su coche como para sus aspiraciones al campeonato, Checo Pérez se encontró repentinamente en la que puede ser la antesala de una ventana de bajo rendimiento, acumulando un par de malas calificaciones: la primera en Mónaco, que lo hizo terminar por primera vez en el año fuera de los puntos, y la segunda en España que por lo menos, lo dejó fuera de la Q3.

Y es que los baches de productividad han aparecido durante su estancia en Red Bull, los cuales son parte de su estadística reciente. En 2021, luego de su tercer lugar en Francia, le tomó nueve carreras regresar al podio, en donde prácticamente su rol en Abu Dhabi como tapón de Lewis Hamilton le valió su renovación con el equipo.

El año pasado le ocurrió de nuevo; luego de la victoria en Mónaco y tres segundos puestos en Azerbaiyán, Gran Bretaña y Bélgica, la diferencia entre su compañero de equipo Max Verstappen hacia septiembre ya se había abierto a más de 100 puntos. En ambos casos, el mal perfomance de Checo se ha debido a su entendimiento del auto, el RB16B en 2021 y el RB19 en 2022, autos diseñados, hay que reconocerlo, en torno al estilo de manejo del bicampéon del mundo y donde prácticamente todas las mejoras han sido en esa dirección. Aún así, le alcanzó el año pasado para firmar su mejor temporada en la Fórmula 1.

En su penúltimo año de contrato con Red Bull, Checo parecía listo para hacer su asalto al campeonato del mundo, manteniéndose hasta Mónaco a menos de una carrera de distancia en puntos de Verstappen. Igualmente, la diferencia antes de casi un segundo con los tiempos del campeón del mundo se redujo a sólo dos décimas, y en algunas carreras incluso lo superó. Pero el gran error apareció en los muros del Principado, un parpadeo que amenaza con convertirse en dejar de confiar en el auto, como sucedió en la calificación de este fin de semana en Montmeló.

Ante los errores, las teorías de conspiración se esfuman, y no queda más que el desempeño. Pérez debe reconectarse rápidamente con el RB19, de modo que no suelte el subcampeonato del mundo; mantenerlo debería ser el objetivo antes de aspirar a otra cosa, y donde ceder dicha posición ante el constante Fernando Alonso en el Alpine sería un fracaso. Como lo escribí en mi pasada columna: el Never Give Up debe volverse, hoy más que nunca, en “Prohibido fallar”.

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