Lo visto en la calificación nos adentró en un panorama que si bien estaba en el imaginario y deseo de los aficionados, sí permanecía en un terreno que sonaba poco probable, por lo menos hasta hace dos años. Es el hecho de que la lucha por el campeonato de pilotos sea entre dos pilotos de un mismo equipo: Sergio Pérez y el actual monarca, Max Verstappen, de Red Bull.
Un rasgo curioso fue observar que al final de la clasificación del Gran Premio de Bahrein —la primera de 23 carreras de la temporada 2023— la lucha por la pole position fue entre el piloto mexicano y el bicampeón del mundo, pues Charles Leclerc de Ferrari —calificado tercero— y el prometedor Astor Martin de Fernando Alonso —en quinto puesto—, decidieron ya no salir a pista, quedando los Red Bull en pista aspirando a llevarse la primera línea de parrilla, con un lejano Carlos Sainz de la escudería de Maranello.
Y así fue, Max logró su vigésimo primera posición de privilegio, con Checo Pérez muy cerca a una décima, siendo los Red Bull los únicos en rodar en el margen del minuto con 29 segundos, dos décimas más rápidos que los Ferrari. Lo peor para el resto de la parrilla es que parece que la escudería austriaca no abrió el máximo potencial del RB19 a una vuelta, y trabajó, como comentaron el de Jalisco y su compañero neerlandés, en tandas largas de carrera, buscando la mejor puesta a punto de cara a las 57 vueltas que se darán en el circuito de Sakhir.
Hay que decir que Red Bull no ha abandonado el top 3 en podios y ensayos desde hace prácticamente un año, cuando precisamente en el GP de Bahrein de la temporada pasada tanto Checo como Max fueron víctimas de la fiabilidad del RB18. De la segunda prueba del serial 2022 en adelante, hasta la calificación de ayer sábado, Red Bull ha sido la constante. Hacia esta temporada, Christian Horner, director del equipo, ha encontrado una solución que permitirá a ambos pilotos “mostrar sus muchas cualidades”.
Checo Pérez está, hoy más que nunca, buscando establecerse en Red Bull no sólo como el escudero ideal, el Ministro de Defensa, papel que ha desempeñado de manera impecable desde su llegada al equipo en 2021, sino como un contendiente real al título. Su vara para medirse es la más alta que cualquier otro piloto de la F1 en este momento, el mismísimo bicampeón del mundo, y el mexicano está ahí, muy al parejo de Max.
Si en la carrera Red Bull logra dominar con ambos pilotos logrando más de dos segundos de ventaja sobre el resto, podría ser el adelanto de una temporada de dominio total, y tendría entre sus filas al próximo campeón del mundo, ya sea de un lado u otro del garage, entre Checo Pérez y Max Verstappen... Se vale soñar.
@jorgedialogante