En el mes de junio, el Consejo General del INE deberá pronunciarse sobre la procedencia del registro de nuevos partidos políticos nacionales. La ley electoral permite que cada seis años, justo después de la elección presidencial, las organizaciones de ciudadanos interesadas en constituirse en partido político inicien el proceso para lograrlo. En algunos países, el registro de nuevas opciones políticas ha funcionado como una válvula de escape frente a la crisis de representación que viven las democracias. En México, las organizaciones que pretenden convertirse en partidos están encabezadas por viejos conocidos.
De acuerdo con la Ley General de Partidos Políticos, las organizaciones deben cumplir con tres requisitos: 1) celebrar las asambleas, 2) afiliar un mínimo de ciudadanos e 3) informar mensualmente al Instituto sobre el origen y destino de los recursos que obtengan para el desarrollo de las actividades tendentes a la obtención del registro. Además, durante todo el proceso tienen prohibido que organizaciones gremiales intervengan, así como realizar o promover la afiliación colectiva de ciudadanos.
El primer paso que deben superar las organizaciones es la celebración de un mínimo de 20 asambleas estatales con 3 mil afiliaciones o 200 asambleas distritales con 300 afiliaciones cada una. Una cumplido este trámite, las organizaciones tendrán que realizar una Asamblea Nacional Constitutiva con el fin de aprobar los documentos básicos que las regirán como partido político: declaración de principios, programa de acción y estatutos.
En cuanto al mínimo de afiliaciones requeridas, cada organización debe reunir 233 mil 945, el equivalente al 0.26% del padrón electoral. Para ello, además de recabar adhesiones durante las asambleas para alcanzar el quorum necesario, las organizaciones pueden hacerlo mediante la aplicación móvil que el INE puso a su disposición o mediante cédulas en papel que únicamente pueden usar en los 283 municipios con alta marginación que están contemplados en el régimen de excepción que aprobó el Consejo General del INE.
Las afiliaciones que cada organización envía o entrega por vía de las asambleas, aplicación móvil y régimen de excepción, así como la validez de cada asamblea son preliminares, en tanto el INE debe verificar la validez y autenticidad de las afiliaciones, y que éstas no estén duplicadas entre organizaciones que pretenden constituirse en nuevos partidos o con partidos políticos nacionales y locales con registro vigente. Adicionalmente, el INE debe supervisar el cumplimento de las obligaciones en materia de fiscalización y que entes prohibidos no hayan participado durante el proceso.
A partir del 1 de julio, los nuevos partidos obtendrán su registro y podrán participar en el proceso electoral federal de 2021 postulando candidaturas a diputaciones federales. Desde esa fecha accederán a las prerrogativas: financiamiento público y espacios en radio y televisión. De acuerdo con la ley, cada nuevo partido recibirá para gasto ordinario permanente, el 2% del financiamiento total que corresponde a los partidos políticos vigentes. Ese monto asciende a 49.8 millones de pesos y se multiplicará por el número de partidos que logren obtener el registro. El monto que resulte se restará a la bolsa calculada para 2020. Es decir, las prerrogativas no crecen con los nuevos partidos, únicamente se redistribuyen. Por tanto, entre más partidos obtengan su registro, el financiamiento a los partidos con registro vigente será menor durante el segundo semestre del año.
Con los datos difundidos por el INE, tres organizaciones han cumplido preliminarmente con la celebración de asambleas y el mínimo de afiliaciones requeridas: Redes Sociales Progresistas, Grupo Social Promotor de México y Encuentro Solidario. Las organizaciones Libertad y Responsabilidad Democrática y Fuerza Social por México cumplieron preliminarmente con el primer trámite y avanzan en el registro de sus afiliados. El plazo para cumplir con todos los requisitos concluye en el mes de febrero.
De 1991 a la fecha, 22 partidos políticos nacionales han perdido su registro al no alcanzar la votación mínima requerida en alguna elección federal. Las organizaciones que pretenden constituirse en nuevos partidos son en realidad viejos conocidos. Miembros de Encuentro Social y Nueva Alianza, partidos que en 2018 se extinguieron, quieren resucitar en 2020. Y otras tienen como cabezas visibles a políticos de carrera que, en su momento, formaron parte de las élites partidistas nacionales.