Andrés Manuel López Obrador declaró que está preparado para recibir al Coronavirus . Así, en mayúsculas. Además de darle los buenos días o las buenas noches, se ignora si además le hará un recorrido por Palacio Nacional. José Narro comentó que hay riesgo de pandemia en México porque las nuevas autoridades en materia de sanidad carecen de experiencia. Estas palabras son particularmente relevantes porque se ignora si el antiguo exsecretario de Salud, haciendo gala de una ironía muy francesa, considera a la 4T una pandemia anterior a la del coronavirus, con lo que a esta hipotética pandemia habría que sumar aquélla, cuyo resultado sería una megapandemia o la madre de todas las pandemias. Pero Andrés Manuel se presta a recibir con lujo de consideraciones a Coronavirus porque ya está preparado para darle la bienvenida.
La verdad es que la situación es preocupante a pesar de las amistosas deferencias del Presidente hacia el virus. Con una sanidad desmantelada por falta de recursos materiales, humanos y medicamentos, difícilmente puede combatirse la epidemia; con un Insabi inoperante a excepción de las siglas, se antoja complicado que los mexicanos tengamos un mínimo de seguridad frente a un contagio masivo. El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell , más en su lugar que López Obrador, aseguró que “el virus va a llegar a México”. A diferencia de su jefe, se mostró preocupado por la llegada intempestiva del invitado presidencial. Como sucede en estos casos, el subsecretario se felicitó por haber seguido escrupulosamente el protocolo de la Organización Mundial de la Salud por el que se han logrado detectar “siete casos sospechosos”. Hace apenas tres días eran dos los sospechosos.
Desde luego, la detección de siete casos invita al optimismo, pero no los que se desconocen. Seguramente para contener el escepticismo nacional recurrió a la medida estrella de este gobierno para cada caso: “no hay que angustiarse de más”. Con esta medida todo indica que el coronavirus se lo pensará dos veces antes de pisar el suelo patrio, por mucho que el Presidente esté preparado para recibirlo. En algún momento, López Obrador cambió su opinión, algo ya muy familiar, sobre el virus, pues se quedó tan ancho al proclamar que “nuestro país afortunadamente es de los más preparados y con menos riesgo por la afectación de este virus, para que estemos tranquilos, desde luego atentos”. Menos mal que el Presidente pone algo de sentido común ante la amenaza de contagio. Como casi siempre, recurrió al argumento “por mis pistolas”. México es de los países con menos riesgo de afección del virus porque lo dice AMLO; es de los más preparados porque lo dice AMLO; hay que estar tranquilos porque también lo dice AMLO.
José Narro que conoce bien la Secretaría de Salud indica que el riesgo de pandemia es alto y en parte lo sitúa en la inexperiencia de los actuales funcionarios. No debe de estar muy desencaminado pues hasta ahora esas autoridades han dado sobradas muestras de incompetencia. Las medidas adoptadas por el Gobierno para frenar al coronavirus recuerdan a esas medallas que muchos soldados colgaban del cuello con el lema grabado “Detente bala”. Desafortunadamente los proyectiles no se detenían, pero se lanzaban reconfortados a las trincheras enemigas de las que no regresaban.