El panorama político hacia 2021 muestra ya significativas modificaciones. Nuevos partidos aparecen amenazando a los tradicionales. Esta irrupción exhibe la incompetencia y el declive de las viejas formaciones. Con el PRD definitivamente desaparecido, un PRI con estertores de difunto y el PAN empeñado en seguir la suerte de los anteriores, otras fuerzas políticas asoman con determinación. La decadencia del PRI y del PAN, a la vista de todos, se antoja irreversible. No es descartable que el primero no gane ninguna gubernatura en los siguientes comicios, con lo que difícilmente podrá seguir alimentando su inveterado clientelismo electoral. La misma estrategia que por años lo mantuvo en el poder puede convertirse en su sepultura, toda vez que Morena, exacta réplica del moribundo PRI, aplica las mismas políticas con un generoso presupuesto del que carece el original. Si el priísmo inventó en los ochenta del siglo paso al PT como actor de reparto, Andrés Manuel impulsa Redes Sociales Progresistas (RSP), un partido sin doctrina cuya propuesta es ejercer el poder sirviendo al Presidente de la República para lo que se ofrezca. De momento, RSP ya cumplió el requisito de asambleas y firmas exigido por el INE. Falta por ver si es capaz de ocupar un espacio reconocible. Todo indica que no será así puesto que su único propósito es ejercer el poder, sin importarle si es actor principal o invitado de ocasión. Su declarado oportunismo quizás le baste para mantener el registro en las próximas elecciones, pero se advierte complicado que sobreviva más allá.

Caso distinto es el del Partido Encuentro Solidario (PES), antiguo Encuentro Social que perdió el registro en las votaciones de 2018, pero que en estos momentos, además de cumplir con las asambleas y las firmas, acaba de celebrar su asamblea constitutiva. Es muy posible que México Libre esté también en las boletas. Ambas formaciones se sitúan en la derecha política, por lo que se disputarán la misma porción de votantes. El PES, más liberal en su ideario político, quizás tenga atractivo para un porcentaje mayor de ciudadanos. México Libre y el PES serán rivales directos del PAN. Más el primero que el segundo atendiendo a sus dos figuras más relevantes: Felipe Calderón y Margarita Zavala . Antiguos panistas, conocen bien las debilidades de Acción Nacional. Este instituto, ahora irrelevante como oposición y extraviado en su vida interna, difícilmente será una propuesta atractiva en el futuro inmediato. Ensimismado en conflictos internos, sin ideas ni estrategia, incapaz de ilusionar, quizás corra una suerte semejante a la del actual PRD. La pugna en la derecha acaso tenga lugar entre PES y México Libre. Encuentro Solidario deberá distanciarse de Morena y de López Obrador si quiere presentarse como un partido viable. Apostar por Andrés Manuel quizás asegure su registro en lo inmediato, pero lo presentaría como una alternativa sin personalidad ni propuestas propias. México Libre, por su parte, necesitará situarse en el lugar idóneo del espectro para no confundirse con el PAN, ni tampoco con el PES.

Los meses siguientes son decisivos para RSP, PES y México Libre. Hasta ahora han cumplimentado o están a punto de hacerlo los requisitos del INE. Por delante tienen lo más difícil, presentarse como opciones atractivas para la ciudadanía sin que recaiga sobre ellos la sospecha de ser más de lo mismo. La suerte está en sus manos.

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