Cuando se empezó a hablar de la creación de Va Por México , coalición del PAN, PRI y PRD para crear una alianza electoral y competir en algunas de las elecciones estatales y federales en contra de la aplanadora electoral que se ha convertido Morena, la idea fue aplaudida por los opositores al régimen y comentada por los simpatizantes del mismo.
El 22 de diciembre de 2020 Marko Cortés , Alejandro Moreno y Jesús Zambrano anunciaron la creación de la coalición en una conferencia de prensa virtual y recibieron en ese acto el apoyo de presidentes de asociaciones de la sociedad civil organizada como Claudio X. González , de “Sí por México”; Gustavo de Hoyos , de Alternativas por México, y Demetrio Sodi, de Futuro XXI, entre otros.
Va Por México resultó ser una respuesta obligada para que los partidos opositores pudieran tener oportunidad de competir y ganar alguna elección, reconociendo que la popularidad de AMLO estaba haciendo estragos serios tanto en el PAN como en el PRI y en el casi extinto PRD.
Como propuesta inicial hace todo el sentido; pero el diablo está en los detalles y así lo mostró la elección este año con seis gubernaturas que ya gobernaban los partidos de la coalición Va Por México y de las cuales cuatro pasaron a manos de Morena para sumarse a las otras 18 que ya acumuló desde su fundación en 2014 y consolidarse en 22 de 32 estados en el país, pavimentando sus posibilidades de ganar la Presidencia en el 2024 .
La realidad es que unir al PAN con el PRI y el PRD por más sentido electoral que haga, es una tarea prácticamente imposible, baste solo recordar que el principal logro de la historia del PAN en el 2000, después de más de 60 años de haber sido fundado, fue sacar precisamente al PRI de Los Pinos y hoy 22 años después se habla que querer regresar al PRI a la Presidencia en un gobierno de coalición con al PAN y el PRD.
Obvio es que hay un rechazo en la base panista a la simple noción de apoyar a un partido con el que estuvieron peleando y con el cual tienen diferencias ideológicas fundamentales desde hace más de 80 años. Se sienten incómodos caminando de la mano de un PRI cuyo presidente es un lastre y resiste irse, no obstante sus mismos liderazgos ya se le enfrentan públicamente, estar ligado a eso es la peor pesadilla de cualquier panista de cepa dígase lo que se diga.
Y a la base disminuida del PRI, que fue el partido hegemónico y gobernó por más de 70 años y luego regresó a Los Pinos en 2012 para repetir la fórmula de gobierno, tampoco le hace mucha gracia ir de segunda mano de su eterno adversario el PAN a quienes siempre han calificado de mala alternativa y de tener una doble moral.
Va Por México tiene problemas ideológicos y estructurales de fondo que resquebrajan su efectividad electoral por lo que su futuro solo puede ser caso por caso, elección por elección y depende principalmente de la ejecución de quien encabece la alianza medida en: propuestas que sean atractivas al electorado, la campaña de aire (medios tradicionales y redes sociales) que las comuniquen efectivamente al círculo verde sobre todo, la coordinación real de la estructura de tierra que sea leal a la causa —ya sabemos cómo se las gastan— y un candidato adecuado con experiencia, presencia, aptitud, actitud y determinación.
Basar su plataforma electoral en la crítica y denostación de AMLO y su familia, sin ton, ni son, no solo es un error estratégico, sino denota que no hay nada de lo anteriormente explicado. Por ello, para que alguien pueda lograr esta hazaña en 24 meses para el 2024 ya debiera estar nombrado y trabajando y Va Por México está lejos de ponerse de acuerdo. Las ideas son buenas, pero sin ejecución no dejan de ser sólo eso… ideas.
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