Desde tiempos prehispánicos en México, el Día de Muertos celebra, con base en la visión cosmológica de los pueblos originarios, el regreso transitorio de las almas al mundo de los vivos para convivir con sus seres queridos y nutrirse con la esencia de los alimentos de los altares puestos en su honor. En esta celebración, la muerte no representa una ausencia, sino una presencia viva.

Esta fiesta nos brinda la ocasión de recordar a nuestros seres queridos y de colocar en nuestros hogares ofrendas con los alimentos que más disfrutaban. Se trata de una tradición que conservan incluso los mexicanos que viven lejos de su tierra, ya sea por gusto o por necesidad. Es una tradición que crea un sentido de comunidad y de identidad con nuestra mexicanidad, a pesar de la distancia.

Históricamente, el principal destino de los migrantes mexicanos han sido los Estados Unidos. Actualmente se estima que residen en ese país 12 millones de migrantes mexicanos de primera generación, es decir, lo equivalente a alrededor del 11% de la población de México. Pero si contamos a los migrantes de segunda y de tercera generación, esta cifra se eleva a 30 millones.

Lamentablemente, muchos de estos mexicanos viven con miedo, ya sea porque no tienen papeles y temen ser deportados, o simplemente porque, debido a su color de piel y rasgos, son sometidos a constantes detenciones y agresiones por parte de las fuerzas del orden estadounidenses. Su temor no es infundado. Un ejemplo de los abusos de la Patrulla Fronteriza es el caso de Anastasio Hernández Rojas, quien en mayo de 2010 fue asesinado por agentes de este cuerpo policiaco quienes, frente a decenas de testigos, lo golpearon brutalmente y le dispararon con una pistola eléctrica mientras yacía en el suelo esposado y boca abajo, gritando por ayuda, hasta que dejó de respirar.

Ese mismo año, la Coalición de Comunidades de la Frontera Sur (Southern Border Communities Coalition o SBCC) inició un registro de encuentros fatales con agentes del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) que al 18 de octubre de este año ha contabilizado un total de 288 encuentros mortales, 20 de ellos tan solo en 2023.

Por supuesto, esta cifra no considera a los migrantes que han fallecido cruzando el desierto o las montañas, que es mucho más alta y de la que no existen datos consolidados. De acuerdo con el Centro Colibrí para los Derechos Humanos (Colibri Center for Human Rights), organización que brinda apoyo desde Tucson, Arizona a familiares de migrantes desaparecidos, desde 1998 por lo menos 7,000 personas han perdido la vida intentando cruzar la frontera hacia los Estados Unidos, y se tiene registro de al menos 4,000 personas desaparecidas. Además, de enero a abril de 2023, se han encontrado más de 1,400 restos no identificados únicamente en el condado de Pima (en la frontera entre Arizona y Sonora).

En este contexto, Alliance San Diego –organización sin fines de lucro con sede en San Diego, California– inició hace unos meses la campaña binacional “Empieza con Dignidad”, que busca impulsar un cambio en la norma del uso de la fuerza en ese país, para poner un alto a los abusos en contra de las minorías y de los grupos vulnerables, en particular de nuestros paisanos.

En el marco de esta campaña, he tenido el honor de participar en la instalación de una Ofrenda de Día de Muertos dedicada a los miles de migrantes que han fallecido ya sea a manos de agentes fronterizos o intentando cruzar la frontera, con la esperanza de cumplir su sueño de una mejor vida para ellos y sus familias. A través del arte, queremos rendirles homenaje y unimos a las voces de sus familiares que claman justicia.

La ofrenda estará conformada por dos obras emblemáticas, “las dos Fridas” y de su altura penderán imágenes de migrantes fallecidos. Un camino de luz representará el portal que conecta al mundo tangible con el más allá –un mundo donde ya no existen fronteras, donde los pasos no tienen huellas y donde ya no hay dolor ni cansancio.

Los invitamos a partir de este viernes 27 de octubre y hasta el próximo domingo 5 de noviembre a visitar la Ofrenda, que se encontrará dentro del espacio de Ofrendarte en la Alameda Central, a nivel de la avenida Juárez esquina con Calle Doctor Mora.

Finalmente, hacemos una convocatoria abierta a los familiares de migrantes fallecidos en la frontera, para vengan a visitarnos y nos compartan las fotografías de sus seres queridos. Colectivamente, queremos recordarlos y continuar luchando por lo que ellos nunca tuvieron: justicia.


Joel Rendón es un artista, escultor y grabador mexicano, egresado de la Academia de San Carlos de la UNAM y de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado "La Esmeralda".

Su arte se interesa particularmente en el arte de México, y sobre todo en el arte de Mesoamérica. Su obra ha sido expuesta en galerías en México, Argentina, Colombia, Cuba, España, Estados Unidos, Puerto Rico e India, entre otros.

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