Jimena Cándano

Fianzas: una opción para la libertad

06/12/2019 |00:50
Redacción El Universal
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Vivimos en una sociedad en la que algunas personas tenemos más privilegios que otras por el simple hecho del lugar donde nacimos, y aunque esto no es responsabilidad de nosotros porque no elegimos en donde nacer, debemos hacernos conscientes de que esto significa que hay sectores de la sociedad que, debido al contexto que les tocó, son más vulnerables en múltiples formas, incluyendo el que sus derechos humanos sean violados de forma reiterada.

Tras 36 años de labor, Fundación Reintegra ha detectado que ciertos grupos en toda la República Mexicana se encuentran propensos a que sus procesos penales sean ineficientes, es por ello que la organización está interesada que sean justos y que como premisa central, se respeten los derechos humanos de cualquier persona, independientemente de que hayan incurrido o no en un acto delictivo, por la simple y sencilla razón de que son seres humanos.

Es por este motivo que nace el programa de Fianzas de Libertad, con el cual hasta el día de hoy se han otorgado en todo el territorio nacional más de 100 mil fianzas, beneficiando a más de 58,000 personas. El cambio es posible, si se trabaja en conjunto con la finalidad de mejorar el presente y futuro de México.

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Fundación Reintegra tiene como prioridad las zonas del país que viven bajo condiciones de exclusión social, a aquellas personas que acusadas de haber cometido un delito menor se encuentran privados de su libertad en alguno de los centros penitenciarios y que aun teniendo el derecho de llevar su proceso en libertad no pueden acceder a ella por falta de recursos.

¿Por qué es importante contar con un programa como Fianzas de Libertad? Porque con ello es posible evitar que la comisión de un delito no grave implique tanto a corto como a largo plazo, un costo social mayor con evidentes repercusiones de tipo personal, familiar y social, como pueden ser la desintegración familiar y la reproducción de conductas delictivas.

Estamos viviendo una “justicia” en la que abusamos de la prisión como medida cautelar y/o de condena, lo cual nos está llevando a una sobrepoblación en los centros y esto trae consigo muchas consecuencias como la falta de atención de las necesidades mínimas. Aunado a ello, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), el 76% de estos sitios no cuenta con protocolos para prevenir y atender incidentes violentos disminuyendo así las posibilidades de que puedan reincorporarse a la sociedad de forma óptima al salir.

Uno de los grandes desafíos que tenemos hoy en México en materia de seguridad y de prevención del delito es que logremos transitar de modelos reactivos y punitivos hacia otros que estén basados en reducir las causas que están originando que los miembros de la sociedad, especialmente las niñas, niños y jóvenes, normalicen la violencia, el delito y la impunidad convirtiéndolos en su estilo de vida. Mientras tanto esto ocurre, es importante que aseguremos que los procesos penales sean justos y pertinentes, en los que el privilegio de la posición económica no sea la variable determinante de la libertad.