Jesús Zambrano

¿Y ahora qué sigue?

¿Y ahora qué sigue?
18/11/2021 |02:54
Redacción El Universal
Pendiente este autorVer perfil

Después de la aprobación del Presupuesto de Egresos para el año 2022 y sin admitir uno solo de los casi dos mil cambios propuestos por las bancadas parlamentarias de oposición en la Cámara de Diputados —pese a representar casi la mitad ese órgano legislativo— es necesario preguntarnos ¿qué sigue?

La cerrazón absoluta de Morena y sus partidos achichincles para corregir aspectos referidos a las estancias infantiles, los refugios para mujeres víctimas de violencia, recursos para municipios y apoyos a las micro, pequeñas y medianas empresas para reactivar el empleo y mejorar el ingreso de los trabajadores; esa cerrazón, repito, sólo se puede explicar porque recibieron la orden presidencial de no aceptar ninguna modificación que viniera de la oposición para dejar claro que en México se seguirá haciendo lo que él quiera.

Desde su óptica, el Presidente está convencido de que el país va por el rumbo correcto, y de que revertirá la pérdida de votos de Morena del pasado 6 de junio manteniendo con firmeza el timón, sin dar muestras de debilidad ante la oposición si se le aceptaban algunas de sus propuestas, ya que eso significaría reconocer que se ha estado equivocando y eso jamás lo admitirá, además de mandar un mensaje a la sociedad en el sentido de que votar contra su proyecto —a favor de los partidos de oposición- tiene sus consecuencias negativas.

Si varios de los diputados de Morena y sus aliados, o no pocos gobernadores y presidentes municipales simpatizaban con las reservas presentadas al PEF 2022 por los opositores, eso se debe, según el presidente, a que aún no han entendido el sentido profundo de su proyecto, pero muy pronto se darán cuenta de su equívoco. Por lo pronto, ningún cambio.

Por ello, con sobrada razón, el PRD, PAN y PRI señalaron que ante la ausencia de diálogo con el partido gobernante para ser escuchados, tampoco habría condiciones para discutir las iniciativas de reforma energética, electoral y de la Guardia Nacional.

Congruente con su forma de ser, el pasado lunes 15 de noviembre el Presidente -después de felicitar a sus diputados lacayos por la aprobación del presupuesto- aseguró que ahora van por la reforma eléctrica y criticó al PRI porque no acompañaría dicha iniciativa.

No pocos han pensado que si el primer mandatario ve que no tendrá los números suficientes para que se apruebe su iniciativa entonces no va a insistir en ella. Yo, por el contrario, he expresado que aún así querrá promoverla, y lanzará una intensa campaña para ganar simpatías populares en favor de su reforma y desprestigiar a la oposición —como ya lo empezó a hacer— acusándola de defender a “los saqueadores de la nación”.

Puede incluso convocar a la población a manifestarse en las plazas públicas, sitiar la Cámara de Diputados y asediar a los legisladores. Y, en caso de que su propuesta sea rechazada, culpar a la oposición de las ineficiencias del sector eléctrico, de los altos costos y de los cortes de la electricidad que intencionalmente pudiesen provocar.

En esa ruta, buscará llegar a la impugnada “consulta popular sobre la renovación de mandato” convocando a la gente a votar en contra de la oposición, no en contra del Presidente.

El escenario político será, pues, de una mayor polarización de aquí al 2024. El objetivo desde el poder, es borrar a la oposición o someterla a los propósitos del proyecto gobernante.

Pareciera, como diría una novela del cubano Ernesto Padura, que “el presente nos asfixia con sus carencias y dilemas dolorosos, y el futuro se va difuminando en una bruma impenetrable”.

Es lo que no debe permitirse. Los partidos opositores, y el PRD en especial que busca convertirse en fuerza socialdemócrata, deben estar más cerca de las causas de la gente, explicar más las razones de sus posiciones y sus votos, organizarse y fortalecerse más, y caminar aliados en todas las elecciones que sean posibles de aquí al 2024 para acabar con esta desgracia nacional, disipar esta atmósfera asfixiante hoy aparentemente impenetrable. No ceder a presiones indebidas del autoritarismo autocrático y caminar de la mano de una sociedad civil que debe visibilizarse cada vez más con sus propias banderas.  

Presidente Nacional del PRD