Ante la degradación nacional en curso, es necesario que todas las voces y conciencias críticas sumen voluntades y esfuerzos no solo para decir por dónde no debe seguir caminando el país, sino también, sobre todo, para señalar y acordar por dónde sí debe transitar.
El creciente ambiente de polarización política impulsado desde la Presidencia de la República y la amenaza del afianzamiento de las tendencias autoritarias con claros signos dictatoriales, han generado un amplio consenso sobre los enormes riesgos que enfrenta nuestra convivencia democrática.
Cada vez son mayores las opiniones que advierten que nuestro país vive aceleradamente lo que a Venezuela llevó muchos años para llegar a la muerte de su democracia y que la (o las) oposición (es) no percibieron, por lo que decidieron seguir actuando por separado, pensando que tenían una democracia sólida a prueba de pulsiones dictatoriales. La realidad fue y es ahora, trágicamente, otra.
Estamos a tiempo de no seguir actuando como si no viviéramos en situaciones extraordinarias, cuando la realidad nos habla de un proceso político extraordinario para el cual se requieren decisiones extraordinarias.
Por eso, tienen razón quienes, después de señalar lo que no queremos para nuestro país, proponen lo que sí queremos.
En eso reside el valor de que más de 400 organizaciones de la amplia pluralidad de la sociedad civil, hayan publicado un manifiesto con seis ejes temáticos fundamentales para el desarrollo democrático, intitulado: “Sí por México”, mismas que ya han planteado abiertamente un reto a todos los partidos políticos opositores al gobierno actual, para que hagan suyos estos propósitos y que sus candidatos los enarbolen en las elecciones de 2021.
Al mismo tiempo, esas organizaciones han decidido convocar a una Convención Nacional Ciudadana el próximo 10 de noviembre y para la cual, han invitado a los partidos opositores a fin de que manifestemos si estamos o no dispuestos a unir fuerzas para ir juntos, con la sociedad civil, a los comicios del próximo año.
PRD, PAN y PRI, han respondido afirmativamente, cada uno con distintas formas y énfasis. MC fue evasivo y ambiguo en su respuesta pública.
Caminar unidos electoralmente —estos cuatro partidos nacionales— es algo que no se ha visto hasta ahora. ¿Es posible? Yo digo que sí, porque es necesario y son mayores los riesgos del país ante el autócrata de Palacio, si cada uno continúa actuando por separado.
Tiene poco sustento el argumento de que, al hacer una gran alianza de estas características, se facilitaría el discurso descalificador de López Obrador, ya que todos los días agrupa en un solo bloque a todos quienes lo criticamos.
Además, ahora se iría de la mano con esa amplísima gama de organizaciones de la sociedad civil que parecía dispersa y sin propuestas claras.
Finalmente, se ha entendido que la democracia requiere de partidos fuertes y competitivos, así como de una sociedad organizada y actuante en defensa de sus derechos.
Por eso, cuando AMLO supo de esta iniciativa, la descalificó de inmediato y dijo que era un “FRENAAA 2”, liderada por Claudio X. González y Gustavo de Hoyos.
El “señor del Palacio” sabe que no es así, que esto es y puede ser, por mucho: un Frente por la República Democrática para cambiar la correlación de fuerzas en 2021, y evitar —derrotando a Morena y sus satélites— la consolidación del proyecto dictatorial que él encabeza.
“Sí por México” puede desencadenar un proceso oxigenador en nuestra pesada atmósfera autoritaria. El éxito mucho dependerá de que las respuestas de los cuatro partidos sean auténticas y se traduzcan en verdaderas acciones aliancistas, no sólo en decir que sí enarbolan los postulados pero que prefieren ir separados, con lo que favorecerían a quien hay que derrotar.
Es una alianza que vale la pena porque es la unidad por México. Sí por México.