El artículo 35 de la Constitución establece que: “Durante el tiempo que comprende el proceso de Revocación de Mandato, desde la convocatoria y hasta la conclusión de la jornada, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación de toda propaganda gubernamental de cualquier orden de gobierno.”
Por lo tanto, la llamada “veda electoral” comenzó legalmente el pasado 4 de febrero cuando el INE emitió la convocatoria para el proceso de Revocación de Mandato y concluirá el próximo domingo 10 de abril cuando se realice la jornada electoral.
Lamentablemente, durante este periodo todas y todos hemos sido testigos de la cínica y reiterada violación al precepto constitucional por parte del presidente de la República, su partido político y diversos funcionarios públicos: inventando giras, inaugurando obras, organizando mítines, inundando al país de espectaculares y bardas pintadas, promocionando la consulta en redes sociales o desde el púlpito mañanero, etcétera.
El PRD ha presentado las denuncias correspondientes ante la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, el cual le ha dado la razón y ha dictado las medidas cautelares correspondientes. Sin embargo, el presidente de la República y sus huestes, en lugar de acatar dichas medidas, han sido reiterativos en violar la ley y la Constitución.
Pero cuando pensábamos que violar abiertamente la veda electoral era el cinismo más bajo en el que podían caer, las huestes de Morena nos volvieron a sorprender: la borregada, con tal de congratularse con su pastor, aprobó un “decretazo” para que los servidores públicos pudieran promocionar el voto a favor del presidente de la República.
Tramposamente, los mismos que habían diseñado y aprobado las reglas, y que anteriormente se habían beneficiado de ellas, intentaron cambiarlas a la mitad del juego.
Afortunadamente les falló el cálculo, no se percataron que —en materia electoral— existen vías rápidas para activar el control de constitucionalidad, y el gusto les duró muy poco: el TEPJF declaró la inaplicabilidad del “decretazo” por violar el artículo 105 de la Constitución que prohíbe realizar reformas electorales hasta 90 días antes de un proceso electoral.
Y cuando pensábamos que cambiar las reglas a la mitad del juego era lo más bajo en que podían caer, nos volvieron a sorprender: Morena se atrevió a denunciar ante el INE a los actores y activistas que participaron en la campaña #SélvameDelTren por supuestamente “violar la veda electoral”.
Afortunadamente, al carecer de sustento legal, la denuncia fue desechada inmediatamente por la unidad técnica de lo contencioso electoral del INE.
Todavía más, cuando pensábamos que denunciar a activistas por supuestamente violar la veda electoral era un cinismo más, nos volvieron a demostrar que no tienen límites: funcionarios del gabinete como el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, se han volcado abiertamente a hacer proselitismo a favor de la ratificación de mandato de su presidente y para ello han usado descarada e ilegalmente los recursos públicos, tal y como se exhibió el fin de semana pasado cuando ocuparon un avión de la Guardia Nacional para trasladarse a diversos mítines de Morena.
Ya basta, hay que ponerle límites a este desenfrenado cinismo gubernamental. Qué bueno que el martes pasado la Dirección Nacional del PRD interpuso una denuncia ante la Secretaría de la Función Pública en contra del presidente de la República, el Secretario de Gobernación y el Jefe de la Guardia Nacional, entre otros funcionarios, por los delitos de corrupción, peculado, cohecho, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencia y por la utilización de recursos públicos en actividades proselitistas del partido en el poder.
De antemano sabemos que este gobierno desprecia el Estado de Derecho y que tiene cooptadas a varias de las instituciones encargadas de impartir justicia en el país, pero no queda más que seguir el camino que nos marca la ley, exhibiendo y denunciando la ilegalidad, la injusticia y el cinismo del presidente de la República y sus huestes.
Recordemos que quien viola la Constitución, quien la traiciona, se convierte automáticamente en traidor a la Patria.