Los mexicanos andamos a la zaga entre una densa niebla acerca del presente y el futuro. Esa niebla está integrada por un cúmulo de ideas “gaseosas”, ideas que solo son parcialmente ciertas y parcialmente lógicas. Todas son difíciles de comprobar, y también difíciles de refutar. Pero ahí están, flotan por doquier. A ratos la niebla se vuelve más densa, pesada, un verdadero obstáculo para avanzar, pues no crea racionalidad.
Algunas ideas son más espesas que otras, y atoran más el caminar de la sociedad. Hoy un planteamiento central es que, para que haya justicia, el Estado debe hacer las cosas; pues los particulares lucran, explotan. Que “la educación , para ser equitativa, debe ser pública”; esto es, debe ser impartida por el Estado, en sus instalaciones, con sus maestros y con sus recursos.
En salud, que “el Seguro Popular fue un invento malévolo de los neoliberales y conservadores, como muchos otros, por eso se eliminó” aunque ahora las personas no tienen dónde atenderse. Que “la economía va bien, ya salimos de los efectos de la pandemia”, aunque el PIB ligó dos trimestres consecutivos a la baja. Que “se acabó la corrupción, no somos iguales”. Hay que distinguir las entregas de efectivo a miembros de la 4T como aportaciones al movimiento y no como sobornos y corrupción. Que la participación del Ejército en más actividades reduce la corrupción.
Una idea gaseosa muy extendida y muy relevante es que AMLO es excepcional, que a pesar de las fallas de su gobierno y del deplorable estado de la economía, la seguridad y la cohesión social, merece aprobación y respaldo. La política de “abrazos, no balazos” ha funcionado, aunque el porcentaje de la población que se siente insegura es cada vez más y hay casi tres mil homicidios al mes. Se afirma que México existiría sin la Conquista; o que las finanzas públicas van bien.
Algunas de esas ideas gaseosas provienen de interpretaciones de la historia de México, otras de manipulaciones políticas del pasado y del presente, y otras más de la inventiva de los propios mexicanos, que reaccionan a las ideas gaseosas que se les busca imponer. La más novel, de ayer, es que la SEP pretende eliminar de libros y programas palabras neoliberales, entre las que mencionan “calidad educativa”, “competencia”, “sociedad del conocimiento”, “eficiencia” y “productividad” ( EL UNIVERSAL , Febrero 2). Lo que ya hicieron fue eliminar el concepto de “futuro”.
Corre ya el cuarto año del gobierno de AMLO y, su poder real se evapora cada día. Conforme aumente la temperatura política esas ideas se multiplicarán y dispersarán.
Es muy difícil construir país con ideas gaseosas flotando en el aire. Solo los mexicanos juntos, hablándose y de la mano podrían lograrlo.