El 27 de febrero, Pemex presentó su información financiera, misma que es la base para diversos reportes a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y, eventualmente, a la Securities and Exchange Commission (SEC). Si bien se anticipaban resultados poco favorables, los revelados fueron mucho peores. Esto detonó una doble preocupación: por una parte, los resultados mismos y sus implicaciones para la empresa petrolera nacional; y, por otra, el contraste de éstos con diversos anuncios realizados por altos funcionarios de Pemex y por el propio Presidente de la República. Con esto se confirmó el temor de que coexistan dos realidades sobre Pemex, la del discurso y la de la información oficial.
En esencia, Pemex anunció que en octubre-diciembre su pérdida integral ascendió a 13,800 millones de dólares (mdd), con lo que alcanzó 34,900 mdd durante todo 2019. Las causas de esos resultados financieros se encuentran tanto en aspectos operativos como en financieros.
En la operación, a pesar de una ligera recuperación durante el cuarto trimestre, el promedio anual de la producción de crudo fue 1,703 miles de barriles diarios (mbd), esto es, 7.7% menos que en 2018. Pemex afirma que los resultados del cuarto trimestre ya señalan que contuvo la caída de la producción, pero diversos elementos sugieren tomar con cautela esa afirmación. Por ejemplo, el desempeño de los famosos 20 campos prioritarios deja mucho que desear; en el Plan de Negocios de Pemex se planteó que, para diciembre de 2019, esos campos producirían 73 mbd, para llegar a 175 mbd en 2020, y a 321 mbd en 2021. En los hechos, sólo produjeron 6 mbd; de esos 20 campos, sólo 4 están en explotación. En materia de gas, un aumento anual de sólo 1.0%, por lo que nuevamente aumentaron las importaciones.
En lo que hace a refinación, la coyuntura es desoladora. La producción del Sistema Nacional de Refinación (SNR) alcanzó un promedio de 557 mbd durante el último trimestre, esto es, se utilizó sólo 33.9% de la capacidad del sistema. La empresa informa que esto responde a que en esos meses se iniciaron trabajos de rehabilitación (mantenimiento mayor) de refinerías. En todo caso, la perspectiva para 2020 no es halagüeña.
En lo que hace a la producción de petroquímicos, el reporte de Pemex sobre 2019 refleja una disminución de 410 mil de toneladas (mt) con respecto a 2018 (-22.3%).
En lo referente a lo financiero, el año fue particularmente difícil. Debido a menores volúmenes de ventas, en México y fuera del país, así como a menores precios de la Mezcla Mexicana, los ingresos de la empresa disminuyeron sustancialmente: -16.5% en comparación con 2018. En consecuencia, el resultado de operación alcanzó sólo 69,800 millones de pesos (mdp), que se comparan con 367,400 mdp en 2018 (-81.0%). A esto se sumaron cambios en diversos conceptos financieros que le representaron a Pemex una pérdida adicional por 368,100 mdp; y, por último, erogó 359,800 mdp en impuestos y derechos, con lo que la pérdida integral fue de 658,100 mdp (34,900 mdd).
Los mercados financieros permanecieron particularmente estables frente a estos resultados. Incluso la agencia Moody’s señaló que tuvo “un buen progreso en su objetivo clave de estabilizar la producción”. Esta calma sorprende debido a que ninguna de las restricciones institucionales impuestas a Pemex ha sido eliminada. Por ejemplo, sólo antier, la Secretaria de Energía señaló que no habría más asociaciones de Pemex (farm outs), ni nuevas rondas mientras las empresas petroleras privadas no aumentaran su producción, sin mayor precisión; ni AMLO ni la Secretaria han modificado su posición de que no habrá fractura hidráulica en el país.
La reputación y credibilidad de toda empresa depende de su cumplimiento de compromisos adquiridos, de la coherencia de su programa de desarrollo, de su capacidad para acercarse directamente tanto a las autoridades como a los grupos de interés del sector donde labora. El escepticismo de quienes tienen un conocimiento mínimo de Pemex y su coyuntura ha aumentado. Por eso, quizá el mayor riesgo del anuncio de la semana pasada sea que contraviene la visión del Presidente y de los principales funcionarios del sector acerca de lo que está pasando en esa empresa.
Presidente de GEA Grupo de Economistas y Asociados / StructurA