El ajedrez es competencia. Toda competencia obedece al deseo de vencer y mostrar supremacía. Los deseos son impulsos del alma que aspira a algo. Para el filósofo Kant, “la vida es la capacidad de actuar según la facultad de desear”.

El juego ciencia hace realidad el deseo de confrontar ideas. Según el pintor Alfonso Rodríguez (1886- 1950) “El verdadero heroísmo está en transformar los deseos en realidades”.

Pero ante el tablero y en la vida, también hay que considerar las aptitudes, las posibilidades y los límites.

El poeta y ajedrecista Wilhelm von Goethe (1749- 1832), señaló: “Feliz el que reconoce a tiempo que sus deseos no van de acuerdo con sus facultades”. El ajedrez prueba que con tesón y voluntad, el deseo de vencer se cumple.

Desde la literatura, el escritor Herman Hesse (1877- 1962) decía: “Cuando alguien de verdad desea algo, lo encuentra; no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello”.

Transformar los deseos en realidades
Transformar los deseos en realidades

Partida : Aunque las negras se atrincheran, las blancas ceden material, abren brecha y amenazan con una inexorable secuencia de mate.

Blancas : Roberto Grau

Negras : R. de Witt

Apertura de peón de rey e4 Cc6 2.Cc3 g6 3.d4 Ag7 4.Ae3 d6 5.Dd2 Cf6 6.f3 0–0 7.Cge2 Te8 8.g4 e5 9.d5 Ce7 10.0–0–0 Rf8 11.Cg3 Ceg8 12.Ae2 Te7 13.h4 a6 14.h5 Ce8 15.hxg6 hxg6 16.Tdg1 c5 17.Ah6 b5 18.Axg7+ Cxg7 19.Th8 f6 20.Dh6 Rf7 21.Dh7 Df8 22.Cf5! (Diagrama. Sacrificio que derrumba la defensa de las negras) Axf5 23.gxf5, y ante la inminencia del mate, rinden negras.

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