Los peones son la unidad dinámica del ajedrez y suelen decidir muchas partidas, sobre todo si están libres, pasados o a punto de coronar. Por eso es importante su estudio. El maestro Aarón Nimzovitch decía: “Para mí el peón libre tiene alma y, lo mismo que el hombre, posee aspiraciones que duermen dentro de él”. En el mismo sentido, el maestro Francois Dunican Philidor (1726- 1795), en su libro Análisis del juego de ajedrez planteó el principio de que los peones son el alma del ajedrez. Incluso mucho antes, el persa Omar Khayyam (1040- 1124) en su poema Rubaiyat había dicho: “nosotros somos peones de la misteriosa partida de ajedrez que juega Alá. Él nos mueve, nos detiene, vuelve a movernos, y al final nos arroja, uno a uno, a la caja de la nada”. En el tablero, según el teórico Roberto Grau, “cuando se localiza la lucha en el sector que tenemos superioridad de peones, hay absoluta seguridad de que el resultado de la acción nos favorecerá, ya sea cuando ambicionamos el triunfo o cuando tratamos de establecer el equilibrio”.
