La condición agonal del ajedrez exige el aprovechamiento del espacio, el tiempo y la fuerza. Como las opciones de movimientos son casi infinitas, la victoria depende del óptimo empleo de los recursos disponibles, así como de la voluntad y la razón del jugador.
En su tiempo, el matemático Pitágoras (582- 500 a.C.) dijo: “Entre dos hombres iguales en fuerza, el más fuerte es el que tiene la razón”. El talento, la experiencia y la voluntad, constituyen lo que en ajedrez se llama fuerza de juego.
Desde la ciencia, el físico y ajedrecista Albert Einstein (1879-1955) dedujo: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. Mucho antes, el griego Menandro (342-291 a.C.) había dicho: “Quien tiene la voluntad tiene la fuerza.”
PARTIDA
Las negras imponen su voluntad mediante un concluyente golpe de caballo.
Blancas:Kornel Havasi
Negras: Akiba Rubinstein
Budapest, 1929. Defensa ortodoxa.
1.d4 d5 2.c4 e6 3.Cc3 Cf6 4.Ag5 Cbd7 5.e3 Ae7 6.Cf3 0–0 7.Tc1 Te8 8.Dc2 a6 9.cxd5 exd5 10.Ad3 c6 11.0–0 Cf8 12.Ce5 Cg4 13.Axe7 Txe7 14.Cxg4 Axg4 15.Ca4 Dd6 16.g3 Df6 17.h3 Ah5 18.Cc5 g5 19.Tfe1 Tae8 20.b4 g4 21.hxg4 Axg4 22.Ae2 Af5 23.Ad3 Ac8 24.De2 Cg6 (Diagrama. Las negras acumulan fuerza) 25.Dh5 Rh8 26.Cb3 Dg7 27.Cd2 Cf4¡¡ Rinden blancas. 0-1.
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