El ajedrez es un deporte que habitúa a ser objetivo. La objetividad permite ver la realidad tal como es, prescindiendo de prejuicios, filias o gustos personales. Es un atributo de la excelencia.
Resulta de valorar imparcialmente los hechos y planear con equidad la táctica y la estrategia a corto, mediano y largo plazo. El concepto de objetividad también se refiere a la actitud que se debe tener ante sí mismo y ante el adversario.
La psicología dice: No te sobreestimes ni tampoco subestimes a tu rival. El entrenador Mark Dvorevsky, en su libro Secretos del entrenamiento en ajedrez aconseja: “ Es muy importante aprender a evaluar objetivamente la totalidad de los factores competitivos y psicológicos que intervienen. Si lo conseguimos podremos obtener resultados que, a simple vista, parecerían inmerecidos”. En el ajedrez y en la vida, ser parcial provoca reveses. Por eso el gran maestro David Bronstein advirtió: “Perder la objetividad casi siempre significa perder la partida ”.
PARTIDA RÁPIDA
Las blancas aniquilan la defensa del rival, posicionan su artillería pesada y lo obligan a rendirse.
Blancas: H. Fajdetich
Negras: C. Stevens.
Ataque Trompowsky, febrero del 2021
1.d4 Cf6 2.Af4 d6 3.Cc3 Cbd7 4.Cf3 c5 5.e3 g6 6.Ab5 a6 7.Axd7+ Cxd7 8.h4 Ag7 9.h5 cxd4 10.exd4 0–0 11.Dd2 e5 12.Ah6 Ah8 13.Axf8 Dxf8 14.0–0–0 exd4 15.Cd5 Ce5 16.Dg5 f6 17.Dg3 Df7 18.Txd4 Ae6 19.Cxe5 dxe5 20.hxg6 hxg6 21.Tdh4 Ag7 22.Dh2 (Diagrama. Las blancas pasan al ataque) Rf8 23.Th8+ Axh8 24.Dxh8+ Dg8 25.Dxf6+, rinden negras. 1–0
rjavier.vargas.p@gmail.com