El ajedrez es un juego de pensar. Pensar es reunir todas las operaciones de la mente y aplicarlas integralmente. Pensar integralmente es hacerlo con método, lo que confiere el hábito de pensar con lógica y racionalidad, esencia del ajedrez. Según el filósofo Karl Jasper, “conociendo con justeza los objetos, hago la experiencia del poder de lo racional, como en las operaciones del cálculo, del saber empírico, de la planificación técnica”.
Puesto que el ajedrez contiene laberintos en los que reinan las amenazas, las celadas y las complicaciones, aunque también recursos defensivos, las mejores aptitudes para competir son la imaginación y el método. Otros medios son la teoría y la técnica, lo que supone capacidad de cálculo y previsión de las consecuencias a futuro. En su tiempo, el gran maestro Vasily Panov decía, “Ante todo hay que tener dominio de la técnica del juego. Por técnica se entiende saber emplear la experiencia acumulada en el transcurso de los siglos y aplicarla en la forma actual”. Con razón el alemán Ernst Yünger decía: “la técnica es la danza mágica que baila el mundo contemporáneo”.
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