El ajedrez es un duelo de ingenio , un acicate para la mente, un juego que se dirime con ideas. Por eso se le vincula con el deporte, la ciencia y el arte.
Según el pensador F. Nietzsche, “en nuestro tiempo lo que cuenta es el arte… El hombre trabaja y conoce; los dioses juegan, crean”.
Para el escritor Alfonso Reyes, “El arte opera siempre como un juego que se da a sí mismo sus leyes, se pone sus obstáculos, para después irlos venciendo”.
En su tiempo, el escritor Stephan Sweig concluyó: “Este juego único pertenece a todos los pueblos y a todas las épocas, y nadie puede saber de él qué divinidad lo regaló a la tierra para matar el tedio, aguzar el espíritu y estimular el alma”. Incluso el escritor y premio Nobel de Literatura español Jacinto Benavente dijo; “El ajedrez, interesantísimo; es juego de dioses: ¡Imaginar a nuestro antojo un mundo en pequeño con todas sus figuras! Quién sabe si el mundo no será más que eso, un gran tablero de ajedrez al que unos seres superiores juegan con nosotros como nosotros jugamos con las figuras del ajedrez”.
PARTIDA
Las negras sacrifican una torre para tenderle a su ilustre adversario una implacable red de mate.
Blancas : Jacinto Benavente
Negras : Julio Ganzo
Valencia, España, 1938.
1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Cc3 Cf6 4.Ac4 Cxe4 5.Axf7+ Rxf7 6.Cxe4 h6 7.0–0 d5 8.Cg3 e4 9.Ce1 h5 10.b3 Ag4 11.f3 Ac5+ 12.Rh1 Rg8 13.fxg4 hxg4 14.Dxg4 Cd4 15.Ab2 Th4 16.Dg6 (Diagrama. Las blancas han caído en una red de mate) Txh2+ 17.Rxh2 Dh4+ 18.Rg1 Ce2, jaque mate. 0-1.
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