Para el sociólogo George Steiner, “La dignidad del homo sapiens es el descubrimiento de la sabiduría, la búsqueda del saber desinteresado, la creación de belleza”. En el ajedrez, todo esto es dado por el estudio, el talento y la práctica. Antiguamente, sabiduría era sinónimo de prudencia, ingenio y bondad, por tanto, decían, “el sabio es el único capaz de vencer por el conocimiento del bien las celadas que el mal opone a la existencia”. Incluso el orador Marco Tulio Cicerón (106- 43 a. C.) advirtió: “No basta alcanzar la sabiduría; es necesario saber utilizarla,” lo que es evidente en política, en arte y en ajedrez. Pero en su tiempo, el escritor italiano Geovanni Papini (1881-1956) lamentó: “Quiero saberlo todo. Y siempre me encuentro como antes, triste como la vida y resignado como la sabiduría”. Más sabio, el filósofo Arthur Schopenhauer (1788- 1860) concluyó: “Entiendo por sabiduría el arte de hacer la vida lo más agradable y feliz posible”. ¡Cierto!
PARTIDA
Las blancas descubren una ofensiva en el flanco de rey y ganan mediante un sutil avance de peón.
Blancas: Oscar Panno
Negras: Alfredo Olivera
Mar del Plata, 1958. (A84)
1.d4 d5 2.c4 e6 3.Cc3 c6 4.e3 Cd7 5.Cf3 f5 6.Dc2 Df6 7.b3 Ad6 8.Ab2 Ce7 9.Ad3 a6 10.0–0–0 b5 11.Ce5 Cxe5 12.dxe5 Axe5 13.f4 Axc3 14.Axc3 Df7 15.Db2 0–0 16.c5 Cg6 17.h4 h5 18.De2 Ce7 19.Th3 g6 20.Tg3 Rh7 21.Tg5 Rh6 22.Th1 Ad7 23.g4 fxg4 24.Ae5 Cf5 25.Txg4 (Diagrama. Las blancas entregan una torre para dar los golpes decisivos) hxg4 26.Dxg4 Ae8 27.h5, rinden negras, 1-0.
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