El ajedrez ejercita la creatividad. Crear es producir algo de la nada, instituir o dar vida a algo, generar soluciones en circunstancias adversas, aptitudes todas inherentes al juego ciencia. Como las opciones son muchas, siempre es posible concebir combinaciones que trascienden lo conocido, lo que causa emoción y alegría. El pensador Henry Bergson dijo: “Siempre que hay alegría hay creación. Mientras más rica la creación, más profunda la alegría”.
En general, la creatividad es una destreza interior que permite la generación de ideas científicas, artísticas y culturales, aunque, en rigor, el poder creativo sólo sería atributo divino. El escritor José Revueltas dijo: “Todo acto de creación es un acto de amor”. A su vez, el médico Jean Hamburger escribió: “El arte creador está libre de coacciones. El artista puede ir hasta el final de su mundo interior, sin que el mundo exterior se mezcle sino como fuente de emociones”.
PARTIDA
Las negras hacen gala de creatividad al sacrificar sus dos torres y emprender una letal persecución al rey blanco.
Blancas: Veselin Topalov
Negras:
E. Bareiev
Linares, España, 1994.
1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 Cf6 4.Ag5 dxe4 5.Cxe4 Ae7 6.Axf6 Axf6 7.c3 Cd7 8.Dc2 e5 9.dxe5 Cxe5 10.f4 Cg6 11.g3 0–0 12.Ad3 Dd5 13.a3 Cxf4 14.Cxf6+ gxf6 15.Axh7+ Rg7 16.De4 Te8 17.Dxe8 Af5 18.Dxa8 (Diagrama. Las negras entregan sus torres para originar una creativa combinación con dama, alfil y caballo) De4+ 19.Rf2 Dg2+ 20.Re3 Cd5+ 21.Rd4 Dd2+ 22.Rc5 De3+ 23.Rc4 Cb6+, rinden blancas, 0-1.
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