Gracias a la reflexión los ajedrecistas no sólo se familiarizan con lo posible a corto plazo, sino con lo que es factible hacer en el horizonte lejano de la partida. Según el filósofo Jean Paul Sartre, “lo posible viene al mundo por medio de la realidad humana, porque no habría posibilidad si no viniera por un ser que es para sí su propia realidad… Se manifiesta como una carencia, ausencia, falta constitutiva de la conciencia; es una sed, un deseo”.
También el pensador Soren Kierkegaard decía: “La posibilidad es la más pesada de todas las categorías. En la posibilidad es todo igualmente posible, y quien haya sido educado de veras en ella, habrá llegado a comprender las cosas que nos infunden espanto como las que nos hacen sonreír”.
En ajedrez, los principiantes suelen valorar un número limitado de posibilidades; los expertos, unas cuantas más; y los grandes maestros muchísimas más. Por eso el gran maestro Rudolf Spielman decía: “La fuerza del juego es la fuerza de evaluar las posibilidades”.